“Internet no forma parte de la actividad económica del cine”

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El presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, señala en la gala de los Goya que la Red es el futuro para la industria pero ahora mismo no supone un modelo financiero viable.

En la gala de los Goya de ayer no se vieron máscaras de Anonymous (vagamente tres, pero su tentativa fue frustrada por las fuerzas de seguridad antes de llegar al escenario)  ni se oyeron gritos contra la ley Sinde. Tampoco se escucharon discursos de autocrítica de la Academia de Cine. Los tiempos y las caras han cambiado, la legislación también, pero no la postura oficial de la industria frente al mundo digital.

En un discurso sobrio a tres (junto a Marta Etura y Judith Colell) el nuevo presidente de la Academia, Enrique González Macho, aseguró ayer que, por el momento, Internet no supone una alternativa económica viable al modelo productivo cinematográfico. Lo hizo aludiendo al ministro Wert y a su predecesor en el cargo, Alex de la Iglesia, que fue uno de los protagonistas de la anterior edición por sus tensas miradas con Ángeles González Sinde y por pronunciar uno de los discursos más memorables, sinceros y reivindicativos de la historia de estos Oscar a la española. Si de la Iglesia hacía un guiño a los internautas y se refería a la Red como  “la salvación de nuestro cine” y “el presente”, González Macho volvía a una postura añeja sobre la industria.

“Todos somos internautas, Internet es un espacio que compartimos y como todo aquello que se comparte, debe estar regido por un respeto mutuo y con unas normas de convivencia en las que estén claros los derechos y las obligaciones, regido por el respeto y la responsabilidad”, aseguraban los representantes de la Academia. “Pero la realidad, por el momento y probablemente por un espacio de tiempo demasiado largo, es que Internet no forma parte de la actividad económica del cine. No dudamos que formará parte esencial de nuestro futuro, pero ese futuro todavía no ha llegado. Hoy por hoy, prácticamente la totalidad de la economía del cine, esos recursos que hacen posible la producción cinematográfica, no proceden de Internet, proceden esencialmente de las salas cinematográficas, de la televisión, del DVD y de otras formas de comercialización”, comentaban.

El presidente de la Academia aseguraba también que “Internet, desgraciadamente, todavía no es alternativa ni sustituto, ni tan siquiera un complemento al enorme esfuerzo económico que supone producir cine”. Y puntualizaba que no se trataba de defender un modelo “antiguo o caduco”.

No deja de ser curioso que González Macho pronuncie estas palabras, cuando es uno de los fundadores e impulsores del portal de cine online Filmin. Se trata de una plataforma de pago que aloja películas independientes y difíciles de encontrar en los circuitos comerciales.

Mientras la llegada de la firma americana Netflix se ha quedado congelada con respecto a España, han surgido otros proyectos nacionales interesantes que permiten la visualización de películas en streaming. Filmin es uno de los pioneros. Surgió en 2006 con el apoyo de los principales sellos de cine indie en España (Alta Films, Avalon Distribución, Cameo, El Deseo, Golem, Tornasol, Vértigo Films, Versus Entertaiment y Wanda Visión, relanzándose en junio de 2010). En la actualidad aloja más de 1.600 películas que se pueden “alquilar” durante 72 horas a precios entre los 1,95 y los 2,95 euros e incluso adquirirse. Además también es posible contratar una suscripción mensual por 15 euros, trimestral por 30 o anual, por 110. En el último mes, coincidiendo con el cierre de Megaupload, habría triplicado su tráfico e incrementado notablemente su popularidad.

En 2011 el cine español aumentó un 3.04% la cuota de mercado hasta conseguir un 14,22% y comercializó 14,1 millones de entradas frente a los 12,73 millones del año anterior, según Boxoffice.es. El año pasado se recaudaron en las taquillas 93 millones de euros, frente a los 80 obtenidos el ejercicio precedente. Más del 20% se obtuvieron gracias al estreno de Torrente 4, de Santiago Segura.

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