Los 5 pecados capitales del diseñador web

Gestión empresarial

Pereza, ambición, prepotencia, aislamiento y rigidez pueden llevar al diseñador web a perder la perspectiva de las necesidades del usuario, y del cliente.

El de diseñador web es uno de los puestos de trabajo más glamourosos del panorama TI. Sin embargo, eso no significa que entre los diseñadores no haya malas prácticas, algunas comunes a otros puestos, otras propias de la profesión. Sea como fuere, estos son los 5 pecados que un diseñador no debe permitirse.

1. Pereza. Por lo general, este pecado se manifiesta en olvidarse de diseñar las páginas para más de un navegador. No todo el mundo utiliza Google Chrome; de hecho, por extraño que resulte, todavía hay gente que navega con versiones no actualizadas de Internet Explorer. Limitarse a un único conjunto de técnicas que ya se dominan y no utilizar nuevas herramientas es también un síntoma de pereza.

2. Ambición. A veces, la tentación de demostrar todo lo que sabes incluyendo una gran cantidad de opciones, caminos y funciones es más fuerte que el omnipresente lema “menos es más”. Si haces diseños demasiado ambiciosos, puede que acabes creando interfaces desordenadas, pérdida de funciones y, en resumen, una peor experiencia de usuario del sitio.

3. Prepotencia. Nunca hay que olvidarse que, aunque el que sabe de esto es el diseñador, quien va a visitar la web es el usuario. Al descuidar el punto de vista del usuario, se puede caer en pérdidas de funcionalidades esenciales, falta de agilidad y claridad en la navegación y una retroalimentación vaga y robótica.

4. Aislamiento. Debido a que el diseño a veces se considera un arte puro –erróneamente, porque la función de los sitios suele ser comercial-, algunos diseñadores se enrocan en un enfoque individual. Pero el diseño es un esfuerzo de colaboración y el buen profesional tiene que considerar a todas las partes interesadas: el cliente, el usuario, el equipo de diseño, el equipo de desarrollo y los controladores de calidad.

5. Rigidez. Otro mal hábito que genera ineficiencia en el proceso de diseño es la rigidez, ser inflexible. Puede que estés enamorado de una determinada manera de hacer las cosas, o no tienes que hacer nada diferente porque hasta ahora te ha ido bien, o simplemente es más cómodo usar la idea central de los últimos 30 diseños, pero utilizar soluciones fáciles en aras de la familiaridad puede costar más tiempo a largo plazo.

Vía TNW.

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