Las editoras y distribuidoras de videojuegos tienden la mano a los desarrolladores de mobile games

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Adese se transforma en Aevi y España ve la creación de una nueva asociación que aúna las posiciones de la cadena de valor para llevar a la industria del videojuego a la siguiente fase.

Adese, la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento, ha dejado de existir en favor de una organización más amplia que incluye a otros agentes del ecosistema de los videojuegos. La noticia se ha dado a conocer hace algunas horas en una rueda de prensa sin preguntas en la que también se ha presentado su reemplazo:  Aevi (Asociación Española de Videojuegos).

“Pasar de Adese a Aevi va más allá de un cambio de marca y de identidad corporativa. Supone aunar las posiciones de la cadena de valor para llevar a la industria a la siguiente fase de desarrollo, integrando áreas como las aplicaciones móviles o el online”, ha explicado el secretario de Estado de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, Víctor Calvo-Sotelo.

Aevi nace con varios objetivos en mente. El primero de ellos, es promover el desarrollo de la industria local en nuestro país, favoreciendo el atractivo de la inversión en España y contribuyendo a la generación de empleo. Según señala Calvo-Sotelo, la industria tiene “el suficiente potencial para el crecimiento económico, la exportación, el emprendimiento y la generación de puestos de trabajo”. Se estima que el sector podría ayudar a generar 3.000 empleos en nuestro país en los próximos años y constituir alrededor del 1,5% del PIB.

La nueva asociación también colaborará con las administraciones públicas e instituciones decisoras en el desarrollo de programas para el impulso de la industria local, defenderá los intereses de todos los agentes implicados en la cadena de producción (desarrollo, edición, formación y distribución), velará por un modelo sostenido que pasa por la defensa de la propiedad intelectual y la innovación y la convivencia entre el mercado físico y online y trabajará para seguir construyendo la reputación del videojuego y la gamificación.

A este respecto, Calvo-Sotelo ha destacado que el videojuego “se ha extendido a un ámbito mayor en los últimos años, pasando a ocupar un lugar importante en el ámbito de la educación y de la empresa con la gamificación”. En este sentido, el secretario cree que su público ha pasado de ser nicho a ser mayoritario, “gracias a las aplicaciones móviles y el online”.

El representante de la SETSI invita a una participación del sector plural y abierta y adelanta que se ha lanzado una consulta para ofrecer ayudas. Por el momento, se han propuesto dos vías: las subvenciones o los préstamos a un interés favorable.

En 2013 la industria tradicional de videojuegos consiguió unos ingresos de 762 millones de euros en España, según  recoge el Anuario del Videojuego presentado hace unas semanas. El software supuso 401 millones y el hardware 275 millones, llegando el resto de los accesorios. Fue un buen ejercicio gracias al lanzamiento de nuevas plataforma como la PS4 o la Xbox One, según ha recordado el nuevo presidente de Aevi, Alberto González-Lorca.

AEVI

Un hueco a los más pequeños

Como primer paso de este nuevo colectivo se ha presentado a la primera compañía desarrolladora que se adscribe al mismo. Novarama, la conocida creadora de Invizimals, se suma a Aevi, como abanderada de los pequeños estudios.

“Hay mucha gente que está dando sus primeros pasos y están muy solos. Hay muchas empresas que están haciendo aplicaciones móviles y mobile games y necesitan que les echen una mano, porque están arriesgando mucho”, asegura Daniel Sánchez-Crespo, CEO de Novarama.

“Tenemos emprendedores y este sector resulta muy sexy, visual, atrayente… Lo que hace falta es crear trabajo. Gente preparada hay de sobre, lo que tenemos que conseguir es darles proyectos”, afirma el directivo.

Sánchez-Crespo ha reivindicado a los creadores españoles de videojuegos, señalando que se han dado “grandes alegrías”. No obstante, también les ha emplazado a no ser autocomplacientes y creerse genios y a abrazar la cultura “del esfuerzo, el trabajo y el sacrificio”.

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