Alojamiento colaborativo en España: entre Airbnbs y polémicas

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La conocida plataforma americana convive en España con otros servicios de alojamiento colaborativo como Trampolinn, BeMate o Room4Exchange. Algo que no gusta a los hoteleros.

2. Plataformas en España

Más allá de Airbnb, que desembarcó en España en 2012, en España han aparecido varias plataformas más que apuestan por el alojamiento colaborativo. Algunas siguen el modelo de alquiler particular de una habitación por un precio más asequible que el de un hotel. Otras incorporan servicios añadidos, segmentan el espacio alquilable o establecen sistemas de recompensas distintos al dinero.

Este último es el caso de Trampolinn. Se trata de una red de intercambio de casas gratuito y no recíproco, que cuenta con más de 5.000 alojamientos en 600 ciudades de 80 países y hace un par de meses aterrizó en nuestro país. Esta plataforma comunitaria surge en 2013 con la idea de promover un turismo sostenible ajustado a la realidad económica actual.

Trampolinn funciona con un sistema de puntos, por el que sus miembros, a la vez anfitriones e invitados, ganan puntos al alojar a viajeros, que posteriormente pueden utilizar para alojarse gratis cuando y donde quieran. Cada miembro puede ofrecer diversas opciones de alojamiento: su casa entera, una habitación privada, un sofá o hasta su jardín para acampar.

Otra plataforma de reciente creación es Room4exchange, que pone en contacto a usuarios que quieran cambiar su habitación por la de otro durante unos días, fines de semana, vacaciones o eventos. Esta plataforma online de intercambio de habitaciones en pisos compartidos permite realizar intercambios de manera gratuita, temporal y simultánea en cualquier ciudad del mundo, tanto en apartamentos como en espacios alquilados como residencias de estudiantes.

La propuesta de Room4Exchangese dirige fundamentalmente a estudiantes de idiomas, universitarios, freelances, solteros o parejas sin cargas familiares, de entre 20 y 35 años. Además del alojamiento, siempre sin transacción económica entre los miembros, integra herramientas que facilitan la práctica de idiomas, intercambio de habilidades, networking y otras opciones relacionadas con el consumo colaborativo como compartir coche.

Pero el alojamiento colaborativo también ha llamado la atención de sus rivales tradicionales. El primero en lanzarse a aprovechar el potencial de este sector ha sido el empresario hotelero Kike Sarasola, propietario de la cadena de hoteles Room Mate. Sarasola lanzó el pasado mes de septiembre la plataforma BeMate, que ofrece apartamentos en el centro de la ciudad y servicios de hotel.

BeMate, que aspira a competir con plataformas como Airbnb, cuenta con 2.500 viviendas turísticas en 10 ciudades. Cinco españolas (Madrid, Barcelona, Málaga, Granada y Salamanca) y cinco del extranjero (Florencia, Ámsterdam, Nueva York, Miami y México DF). La compañía espera cubrir 200 ciudades a finales de este año y abrirse a hoteleros independientes.

El alquiler colaborativo parece, por tanto, una apuesta de futuro para Sarasola, que también acaba de comprar Alterkeys. Esta startup fundada en 2011 no trabaja con habitaciones, sino sólo con viviendas totalmente vacías, actualmente trabaja con 102.000 viviendas turísticas en toda Europa.

Estos son sólo algunos ejemplos. Compañías extranjeras especializadas como Linkedage –en la que se pueden reservar estancias cortas en residencias de jubilados e intercambiar plazas en residencias de todo el mundo- o Nestpick –centrada en los estudiantes universitarios- han desembarcado en España o están en vistas de hacerlo. Y es de esperar que el alojamiento colaborativo continúe siendo un sector en alza.

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