Apple sin Steve Jobs, tres años después

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La sombra de Steve Jobs sobre Apple es ya menos alargada, aunque todavía sea evocada en forma de inspiración.

Hoy hace tres años el mundo se despertaba con una noticia que llevaba algún tiempo temiendo: Steve Jobs había muerto. Tras los obligados días de recordar todo su legado, las miradas se dirigieron en dirección a Apple. ¿Qué iba a ser ahora de la compañía? Aunque Jobs había ya dejado a Apple en manos de Tim Cook unos meses antes, todo el mundo confiaba en que él seguiría de alguna forma dirigiendo en la sombra. Pero ¿había esperanza para Cupertino sin Steve Jobs?

Tres años después, las cosas empiezan a estar más claras. La sombra de Steve Jobs que parecía acechar a Tim Cook durante las primeras keynotes es cada vez menos oscura. Apple sigue adelante, nadie lo duda. Las acciones de la compañía están un 82% más altas que hace tres años. La firma sigue sacando iPhones y iPads y Macs nuevos, y hasta acaban de dar un paso más allá sacando su primer producto nuevo desde el iPad, el Apple Watch. Pero nadie cree que Tim Cook sea un visionario.

Y es que una de las mayores críticas a las que se ha tenido que enfrentar el CEO de la compañía es a la de que, sin Steve Jobs, Apple ha perdido la magia. Se citan todo tipo de ejemplos, desde la capacidad perdida de mantener secretos (todo se filtra), hasta la propia calidad de los productos y la actitud de la compañía. Steve Jobs tuvo el Antennagate, pero nunca pidió disculpas, sino que se limitó a acusar a los usuarios de coger mal el iPhone 4. Tim Cook se disculpó por los mapas de iOS 5.

En cuanto a los productos en sí, hasta ahora la mano de Steve Jobs seguía viéndose detrás de todas las novedades. Era posible todavía que él hubiese visto o aprobado algunos de los cambios y mejoras planeadas para actualizaciones lanzadas después de su muerte. Pero ahora las cosas empiezan a cambiar.

Los productos de Apple ya no son de Steve Jobs

La última keynote de la compañía, con la última presentación de nuevos productos, fue un gran ejemplo de que efectivamente estamos en la era post-Jobs. ¿Por qué le costó tanto a Apple hacer crecer en tamaño a sus iPhones, cuando todo el mercado estaba ya en plena era phablet? La sombra de Steve Jobs, que en 2010, cuando le preguntaron si no pensaban hacer smartphones más grandes contestó con un rotundo no. “No puedes cogerlo con una mano, nadie va a comprar eso”. No está claro si habría cambiado de opinión al ver que la gente sí lo compra.

Otra de las grandes señales del cambio está en el giro radical en los nombres de los productos. El iWatch no es el iWatch, sino el Apple Watch; al igual que iPay, que se queda en Apple Pay. El cambio, según se rumorea, se debe más a problemas de marcas registradas (Swatch tiene su relojo iSwatch) que a que de pronto no les guste la “i”. Y es lógico. El propio Steve Jobs decía que la “i” servía para designar al usuario (“yo”), pero también otras cosas como internet o la información.

Aunque Apple vaya poco a poco separándose y distanciándose de la idea que tenía Jobs de ella, su presencia es todavía constante en la compañía. Ayer sábado, en la víspera del aniversario de la muerte de Steve Jobs, Tim Cook envió un mail a todos los empleados de Apple, invitándoles a pensar en Steve  durante el día de hoy apreciando “las múltiples maneras en las que Steve Jobs hizo que el mundo fuese mejor”.

Apple habrá perdido la magia, pero no quiere perder también la sensación de tenerla. Steve Jobs será siempre la figura perfecta a la que recordar para motivar e inspirar a sus trabajadores. Aunque Tim Cook esté tomando decisiones que Jobs no siempre aprobaría.

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