Beer2D3, o cómo convertir a un robot pesado en el mejor compañero de farra

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Llevo toda la vida pensando que R2D2 era en realidad un barril de cerveza con patas, pero creía que si lo decía los fans de Star Wars que además no son fan de las birras me tomarían por un sacrílego. El tiempo, o más bien el artista Paul Loughridge, me han dado la razón, usando uno de cinco litros de Heineken para construir el cuerpo del robot. Además, para completar su obra se ha servido de elementos curiosos como unos recipientes de pan, palancas de un tanque de propano o la lente de una cámara vieja. El resultado: un trasto que en vez de soltar pitidos incomprensibles puede que cante el pipiriripipí (con la bota empiná) .Venga, ahora sólo falta que sustituyan los sables láser por fuets. —Alberto Payo [Star Wars Blog]

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