Cómo combatir el estrés de ser CEO

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Estar en lo más alto de una empresa no es fácil, algo que hace que el estrés sea casi imprescindible. Saber cómo bajar los niveles es importante.

Cuando alguien llega a ser CEO de una empresa, no suele aparecer ahí de la nada. Suele haber experiencia en el pasado en esa misma firma o en otras en los puestos más altos, normalmente se llega tras haber recorrido un camino en el que se sabe qué es asumir ese tipo de responsabilidades. El estrés tampoco es algo nuevo: cualquiera que se mueva en los puestos ejecutivos de una compañía lo conoce bien.

Ser CEO, no obstante, añade retos extra y más oportunidades para que este estrés aflore: el ritmo de trabajo aumenta, las responsabilidades también. Desconectar en un mundo en el que debe estar accesible a todas horas es más difícil y se añaden momentos difíciles como decidir despidos o un cierto aislamiento social. Nadie más está en lo más alto, no se puede compartir eso con nadie. ¿Cómo evitar que el estrés se lleve lo mejor de ti? Estas técnicas ayudarán a cualquier CEO estresado.

1. Medita. Este es uno de esos consejos que sonará sospechoso a muchos, pero son unos cuantos los CEOs (y no CEOs, claro) que juran por ella. Darle una oportunidad y aprender te dará una herramienta muy poderosa para escapar del estrés del día a día, aunque sean cinco minutos. Será un tiempo en el que te centres en ti, en el presente, y dejes todo el resto de lado. Volverás respirando mejor.

2. Haz ejercicio. Hay un tipo de estrés que se rebaja meditando, y hay otro que se rebaja haciendo ejercicio (que es otro tipo de meditación, te concentras en tu cuerpo y en el presente, pero más activa). Sudar, hacer que el corazón aumente sus pulsaciones (pero no porque estés nervioso), y obligar a tu cuerpo a soltar endorfinas que harán que cuando acabes el entrenamiento lo veas todo con otros ojos.

3. Cuida a tu familia. Con el estrés del trabajo tienes suficiente, así que haz lo posible por no añadir la familia como nueva fuente de estrés. Asegúrate de que les dedicas tiempo de calidad, de que tienes claro que son más importantes que tu puesto de CEO, y de que así lo sienten. Cuida tu casa para que sea siempre un refugio de los buenos: esos que en realidad son la vida real.

4. Programa al menos una hora diaria en la que nadie te pueda molestar. Las interrupciones constantes son parte del día a día de los CEOs, especialmente ahora que se puede estar accesible las 24 horas del día. Esas interrupciones son una fuente de estrés más, así como la simple sensación de saber que puede que nos estén hablando (mirar el móvil cada cinco minutos). Reserva una hora diaria solo para ti, en la que no tienes notificaciones y das orden de que no te pasen llamadas. En ese tiempo aprovecha para avanzar algo en alguna tarea que llevas días o semanas arrastrando. Cuando la acabes será una preocupación menos y habrás tenido una hora de concentración relajada.

5. Delega todo lo que puedas. Tu agenda ya está lo bastante apretada, así que no te cargues con más tareas o responsabilidades de las estrictamente necesarias. Ten un equipo de confianza en el que puedas delegar y estar seguro de que esas cosas se harán y bien.

6. No pierdas el tiempo. ¿Estás en una reunión que se está alargando demasiado? ¿Notas que el workflow de la compañía tiene pasos innecesarios en los que se malgasta el tiempo? Intenta ir cambiándolo todo de forma que no pases más tiempo del necesario en una tarea o reunión. Harás más en menos tiempo y, sobre todo, salvarás más minutos para tu familia, ejercicio y meditación.

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