Cómo ser productivo cuando preferirías estar en la playa

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El verano es una época en la que es mucho más complicado mantener la productividad. ¿Cómo hacerlo si solo puedes pensar en huir de la oficina?

Llega el buen tiempo. Falta solo una semana para que el verano empiece de verdad. Hace calor, luce el sol, los días son largos… pero hay que trabajar. Aunque puedas cogerte un mes entero de vacaciones este verano, es muy probable que los días de buen tiempo en los que te toque estar en la oficina notes que tu productividad cae a niveles nunca antes vistos. No ayuda, claro, que el país entero parezca estar en ese mismo barco. Llamas a clientes que no cogen el teléfono, nadie contesta a los emails y te preguntas, inevitablemente, si eres el único que está trabajando.

¿Es posible mantenerse motivado y productivo en verano? ¿Ir a la oficina y no perder el tiempo en redes sociales o soñando despierto con esas vacaciones que puede o no que vayas a tener? Unos pequeños cambios en la rutina y una nueva estrategia harán que todo sea más fácil. Te contamos cómo ser productivo cuando preferirías estar en la playa:

1. Horario de verano. Si está en tu mano, hazlo. Organízate para empezar a trabajar más temprano, cuando el calor todavía no es sofocante, y hacer jornada intensiva. La mañana será más larga, pero la perspectiva de tener la tarde libre seguro que te ayuda a trabajar mejor.

2. Lista de tareas. Las listas de tareas son clave para cualquiera que quiera ser algo más productivo, pero en verano su importancia crece. Anota cada día qué es lo que debes hacer de forma realista y ponte a ello. Ir tachando cada una de las tareas cuando las acabas produce un pequeño placer que anima a ponerse con la siguiente. Porque, al fin y al cabo, cuanto antes finalices esa lista, antes serás libre.

3. Aprovechar momentos tranquilos. Si hay muchas cosas que no puedes hacer porque nadie coge el teléfono o contesta mails, aprovecha para atacar esas tareas que siempre dices que quieres hacer y para las que no tienes tiempo. Revisar alguna estrategia, hacer balance de lo que va de año, actualizar esa base de datos, planificar los próximos meses, etc.

4. Trabaja offline. Para cualquier cosa que estés haciendo para la que estar conectado a Internet no sea estrictamente necesario, desconéctate. La red es la fuente número uno de tentaciones procrastinadoras y YouTube parece especialmente atractivo en verano. Si no estás conectado a Internet, será menos fácil que pierdas el tiempo viendo vídeos o fotos de tus amigos en la playa en Facebook.

5. Sal de la oficina. Los cambios esporádicos de rutina y lugar de trabajo refuerzan la motivación y, por lo tanto, la productividad. Si puedes decidir desde dónde trabajar, hazlo desde algún lugar distinto una vez a la semana. Desde un café, desde casa, desde un parque a la sombra… Tendrás más ganas y, si sigues la sagrada lista de tareas, trabajarás mucho mejor.

6. Ponte recompensas. Otra de las claves que ayudan a continuar en uno de esos días en los que simplemente quieres irte y zambullirte en el mar o piscina: las recompensas. No tienen por qué ser especialmente grandes, los premios que son simples detalles funcionan bien. Descansar cinco minutos al acabar cada tarea, comer algo o, la mejor y más esperada para cuando toda la lista de tareas está tachada: acabar la jornada.

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