Comprar una vivienda en la era 2.0

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Internet ofrece numerosos sitios web que permiten encontrar pisos en función de nuestras necesidades, así como comparar precios y conseguir créditos hipotecarios

La búsqueda de la hipoteca

Aunque alguno pueda pensar lo contrario, una vez que nos hemos embarcado definitivamente en la compra de una vivienda empieza lo más duro, a no ser que contemos con unos excelsos ahorros que nos eviten la agónica tarea de hipotecarnos. Pero, si no es el caso, toca bregar con los bancos, algo especialmente duro en los tiempos que corren.

Por fortuna, Internet irrumpe aquí de nuevo para facilitarnos la vida, y mucho. Si gracias a la Red ya nos habíamos ahorrado kilómetros y kilómetros buscando carteles de ‘Se vende’, así como muchos euros en llamadas, ahora nos evita tener que patearnos la ciudad de banco en banco y de caja en caja, ahorrándonos tiempo, dinero y, en muchas ocasiones, las largas de los empleados bancarios.

Y, como no podía ser de otro modo en los tiempos actuales, contaremos con una comunidad específica para conseguir nuestra hipoteca: weemba. Esta red social nos permitirá contactar con los bancos de forma completamente anónima, realizando un anuncio con el crédito que necesitamos.  A lo largo de los siguientes días, algunos bancos (la cantidad dependerá de la viabilidad de la operación), nos pedirán permiso para conocer todos nuestros datos y, llegado el caso, nos enviarán un correo electrónico o nos llamarán para poner en marcha la tramitación de la hipoteca.

Eso sí, la experiencia nos dice que, al menos en los duros tiempos de restricción que corren, es probable que los bancos que contacten con nosotros sean los que están especializados en las operaciones de riesgo y, por lo tanto, nos ofrezcan unas condiciones leoninas. Por este motivo, otra interesante opción consiste en recurrir a páginas como bankimia o iahorro, donde introduciremos los datos de la operación y nos mostrarán las hipotecas que se ajustan a nuestras demandas, ordenadas por el precio de la cuota mensual que habremos de pagar.

Además, aunque la mayoría de entidades financieras ya cuentan con servicios de banca directa, durante los últimos tiempos han proliferado las firmas exclusivamente electrónicas, cuyas condiciones suelen ser de las más competitivas, como también lo son sus exigencias. Los que, por regla general, suelen presentar las hipotecas más atractivas son uno-e (del Grupo BBVA), ingdirect (del Grupo ING), bancopopular-e (del Grupo Banco Popular), ibanesto (del Grupo Banesto) y activobank (del Grupo Sabadell).

El modus operandi, en cualquiera de ellos, suele ser muy parecido. En primer lugar, introduciremos nuestros datos personales, económicos y financieros en una suerte de simulador hipotecario, que nos despedirá con el anuncio de que en varios días recibiremos vía e-mail la respuesta a nuestra solicitud de hipoteca (dos o tres como máximo). En caso negativo, habremos perdido unos pocos minutos (bastantes menos que en visitar una a una las oficinas bancarias tradicionales), mientras que en caso positivo, arrancará un nuevo proceso en esta carrera hacia la emancipación.

La entidad nos reclamará una serie de documentos (de identidad, laborales, económicos, sobre posibles avalistas, etc.) que habremos de enviarle por correo ordinario y nos ofrecerá atención telefónica para asesorarnos sobre todas las dudas que puedan irnos surgiendo. Para hacerles llegar la documentación, unas optarán por enviarnos un sobre con franqueo pagado, mientras que otras nos dirán que les comuniquemos telefónicamente la hora a la que queremos que un mensajero venga a recoger todo el papeleo. Por fortuna, para ampliar cualquier tipo de información sí podremos recurrir al e-mail, algo mucho más propio de esta banca 2.0.

En este momento se abre el periodo tal vez más desesperante, que puede prolongarse desde los 10 hasta los 30 ó 40 días, en el que la entidad se dedicará a analizar la documentación aportada. En caso de que, milagrosamente, nuestra hipoteca sea declarada viable, nos lo comunicarán por e-mail o teléfono y nos pedirán que pactemos con el vendedor de la vivienda el día en el que el tasador pasará por allí para valorarla. Si todo marcha bien y la tasación es igual o más alta de lo que necesitábamos, estaremos a punto de terminar con la agonía.

La entidad volverá a llamarnos para que acordemos el día de la firma de la escritura. Entretanto, y dado que no hay una oficina física a la que dirigirse para resolver posibles dudas, habremos de insistirles en que nos hagan llegar, por escrito, las condiciones definitivas de la hipoteca y sus productos asociados (para evitar posibles sustos posteriores y negociar, en caso de que sea necesario), así como un borrador de las escrituras. De nuevo será conveniente consultar foroexpertos, bankimia, helpmycash y toda suerte de foros en las que gente convenientemente formada pueda asesorarnos de forma gratuita.

Finalmente, el día de la firma (en el mejor de los casos, más de un mes después de haber comenzado la búsqueda de la hipoteca) quedaremos en la Notaría con el asesor del e-banco aproximadamente una hora antes de la escrituración, aproximadamente, para que nos explique todos los detalles del contrato (siendo esta la primera y única vez que le veremos físicamente).  Y, si no sucede nada raro, una hora más tarde estaremos hipotecados para los próximos 30 ó 40 años y de camino hacia nuestro nuevo hogar.