Counter-Strike

Workspace

Al fin, la experiencia de Counter-Strike está al alcance de los usuario
de la XBox. Aquí no hay superarmas, no es cuestión de ver quien lleva el
lanzamisiles. Sólo los listos, rápidos y precisos sobrevivirán a los
enfrentamientos de este gran juego.

Probablemente sean pocos los jugadores habituales que no hayan al menos

oído hablar de Counter-Strike. Concebido originalmente como un mod que

corría sobre el motor del magnífico Half-Life, trata básicamente de

enfrentar a un grupo terrorista y otro antiterrorista en diversos

escenarios y con diferentes objetivos. Si bien la versión original tenía

tres tipos diferentes de enfrentamiento (secuestro de rehenes,

desactivación de bomba y escolta de VIP), en la migración a la consola

de Microsoft se ha tomado partido por incluir sólo las dos primeras.

Como se puede adivinar, el jugador toma parte por uno de los dos bandos

y, formando parte de un equipo, intenta o bien conseguir el ‘objetivo’

de cada escenario, o bien eliminar totalmente al equipo adversario.

Rápido y mortal

Counter-Strike no es como Quake, Unreal u otros

juegos de combate similares. Un pequeño error en una partida supone una

muerte rápida ya que el daño provocado por las armas suele ser letal

incluso en ‘pequeñas dosis’. Ese espíritu de tensión ha sido

transplantado perfectamente a la versión consolera, al igual que otros

componentes que tanto apreciarán los que ya hayan probado de este fruto

pecaminoso: humillantes pasadas a cuchillo, camperos a diestro y

siniestro y una buena cantidad de mapas en las que desarrollar los

combates.

Se ha conseguido un muy buen resultado técnico en la

X-Box: los efectos de las armas (tanto los ‘skins’ como los sonidos) son

excelentes, y los efectos especiales propios de los feroces combates

están muy conseguidos. En ese sentido es de reseñar cómo se ha

implementado el efecto de las granadas flashbang, que no solo consiguen

un muy conseguido efecto de ceguera, sino también de sordera (el sonido

es también un asunto importante en un juego en el que el sigilo suele

significar la diferencia entre jugar un turno completo o observar desde

fuera una vez liquidado por un jugador más listo).

Por

supuesto, un solo jugador puede luchar contra ‘bots’ manejados por la

CPU de la consola (que pueden ser elegidos con más o menos habilidad, y

que tienen un comportamiento muy conseguido). Sin embargo, el verdadero

sabor Counter-Strike se prueba jugando contra otros humanos, y ahí es

donde tenemos el pero de este asunto: X-Box Live es un servicio de pago,

por lo que el que quiera medirse con otras personas alrededor del mundo

tendrá que dejarse unos euros (cosa que resulta frustrante para los que

hemos jugado por Internet pagando ‘solamente’ la conexión).

La versión consolera también ‘sufre’ los problemas inherentes al control

utilizado en este tipo de plataforma. Una combinación de teclado mas

ratón es con diferencia mucho más eficiente a la hora de controlar un

personaje en este tipo de juegos, pero con solo unas partidas se hace

uno fácilmente con el control de la situación hasta llegar a un nivel

aceptable a la hora del combate.

En resumen: Counter-Strike es un

juego técnicamente muy conseguido, con una gran ambientación y detalles

bastante cuidados. Toda una elección estrella para los amantes de los

combates rápidos, letales y en los que la precisión, el sigilo y la

habilidad marcan la diferencia más que la potencia de las armas

utilizadas.

Julio Canto