Cuando Facebook perdió su talón de Aquiles

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El punto débil histórico de Facebook, todo lo móvil, ha pasado a ser su mayor fortaleza, con un 62% de sus ingresos publicitarios llegando desde anuncios móviles.

Si alguien le hubiese dicho a Mark Zuckerberg hace dos años que ahora todo iría bien, que los anuncios móviles serían ya más del 60% de sus ingresos publicitarios, y que el precio de sus acciones iba a estar cerca del doble del precio de salida, no se lo hubiese creído. O quizá él sí lo tuviese claro, quizá Zuckerberg vio siempre ese largo plazo, pero el resto del mundo se habría reído. Hace dos años Facebook llevaba apenas unos meses en bolsa y sus acciones estaban muy por debajo del precio de salida. Y la culpa era de los móviles.

Había algo que ya estaba claro: los dispositivos móviles, ya fuesen tablets o smartphones, iban a jugar un papel muy importante en el futuro. Con cada vez más usuarios por todo el mundo y terminales cada vez mejor preparadas para acceder a Internet, nadie dudaba que el tráfico móvil iba a ser (ya lo era) más y más importante. Y a toda esa gente que ya accedía a Facebook a través del móvil había que monetizarla.

Ese fue siempre el punto débil del que se hablaba al referirse a la red social. Los anuncios móviles, que Facebook introdujo también hace unos dos años, no estaban lo suficientemente bien hechos o integrados. Suponían tan solo el 14% de los ingresos publicitarios de Facebook, algo que podía suponer un problema en el futuro si los usuarios móviles seguían aumentando.

Pero ese futuro ha llegado y ha sido distinto a lo que los más escépticos auguraban. De sus más de 1.300 millones de usuarios, 400 millones acceden únicamente a través de dispositivos móviles. Y Facebook ha hecho las cosas bien en materia de publicidad. El 62% de todos los ingresos que la red social obtiene por anuncios, viene del móvil.

Un futuro pensado

No se sabe si Mark Zuckerberg ya sabía que esto iba a ser así hace dos años o si fue una sorpresa, pero lo que ha conseguido es, por lo menos, que toda la industria, accionistas y analistas incluidos, de pronto confíe más en sus decisiones y planes. Está claro que juega a largo plazo, como él mismo confirmó durante la presentación de resultados esta semana.

Según el CEO de la red social, la idea con la mensajería instantánea, de la que ven un volumen “loco”, no es “tomar el camino rápido y barato de simplemente introducir anuncios”. Advirtió a los inversores que tendrían que tener paciencia, porque van “tomarse tiempo para hacer esto de forma que siga estando bien dentro de varios años”. Y, para los más impacientes, dio una pista: posiblemente los pagos móviles sean parte de la ecuación.

La bolsa dejó claro que Wall Street ya confía en Mark Zuckerberg. Aunque compre empresas sin beneficios como Whatsapp por varios millones de dólares o proyectos todavía lejos de poder ser masivos como Oculus Rift. Tras la presentación de resultados, el precio de los títulos subió más de un 6%, llegando a su máximo histórico, 76 dólares por acción.

¿Logrará la compañía mantener los resultados en próximos trimestres? ¿Saldrán bien todos esos planes a largo plazo? ¿Seguirán esperando los inversores? El futuro de Facebook parece más brillante que nunca, solo deben tener cuidado de no dejarse cegar.

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