El ajedrez eléctrico es sorprendentemente vintage

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Como el diseño propuesto usa bombillas de incandescencia y no de bajo consumo, emiten calor, por lo que a la hora de cogerlas, podríamos sufrir una quemadura. No obstante, pensaron en este problema e idearon una solución que, a la vez, permite colocar las piezas-bombillas de una forma más rápida a la par que elegante y que da al tablero ese diseño tan curioso. Las bombillas ya van en su propio portabombillas, el cual además de para coger la pieza sin demasiado riesgo de quemarse, también sirve para identificar a las piezas blancas o negras, además de llevar las clavijas eléctricas (con lo que si se rompe la bombilla sólo habría que sustituirla en el mencionado portabombillas) que son las que se “pinchan” sin problemas en el tablero. Asimismo, para evitar accidentes intentaron que las bombillas no tuvieran mucha potencia: 7W las que representan a los peones, y 11W el resto. Por si fuera poco todo esto, el tablero tiene un regulador de intensidad para iluminar más o menos las bombillas (y, por tanto, emitir más o menos calor).

Ahora bien, ¿como se identifican las piezas si éstas son bombillas? Sencillo (o no), los peones son las bombillas pequeñitas blancas, y las demás tienen un color distinto según su función. El problema está en saber qué color equivale a cada pieza, aunque jugando regularmente es de esperar que uno se acostumbre. Por otro lado, cuando una pieza es eliminada, se coloca en el lateral del tablero, el cual tiene enchufes como el resto del tablero pero, a diferencia de los demás, no están alimentados, con lo que las bombillas allí situadas no se iluminan. Eso sí, este tablero no está indicado para las personas que tienen mal perder y tiran el tablero después de cada partida. A no ser, claro, que sean dueños de una fábrica de bombillas. [designboom] — Fco. José Cañizares.

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