El caso del secuestrador que pedían una Xbox como rescate

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Podemos entender que una videoconsola represente un gran valor para su propietario, pero tanto como para equipararlo a la libertad…

Y es que algo así ha sucedido en Kingsport (Tennessee, USA), cuando las sospechas posteriores a la desaparición de unas joyas llevaron a un suegro a secuestrar a su yerno y tras comprobar que no iba a poder recuperarlas exigió a cambio de dejarle marchar que le entregara su videoconsola. Probablemente desde su retiro Bill Gates se muestre orgulloso del gran valor que como objeto de transacción ha alcanzado la consola de Microsoft.

El proceso para secuestrar al pobre yerno fue también simpático, pues como trabajaba para su suegro éste pidió a otro empleado que le ayudara a encerrar al presunto ladrón en una habitación bajo el engaño de que tenía que ayudarles a mover una maquinaria, y ya en el interior de la estancia lo que hubo fue más bien movimiento de puños sobre la cara del yerno, resultando con un ojo a la funerala y un inevitable cambio de opinión sobre las relaciones familiares y laborales. Tras la sesión de masaje por impacto el secuestrado efectuó varias llamadas telefónicas para pedir dinero a algún familiar, siendo finalmente su propia suegra (para que luego hablen mal de ellas) la que ofreció el rescate consolero.

El intercambio se realizó en un parking, como mandan las tradiciones cinematográficas, y el secuestrado denunció los hechos, que han sido calificados como delito de secuestro con agravante especial. De consolismo, me atrevería a añadir, por no hablar de surrealismo. ─Antonio Rentero [Tricities]

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