El Consejo de Europa apuesta por el voto online

Regulación

El organismo, con vistas a reducir la tendencia a la abstención, sostiene que los Estados miembros deben incorporar las Nuevas Tecnologías a la práctica democrática.

El voto online es una opción técnicamente posible, segura y fiable y, además, podría reducir la abstención. El Comité de Ministros del Consejo de Europa ha aprobado recientemente una recomendación que contiene disposiciones para organizar y verificar unas elecciones o un referéndum a través de la Red.

Este novedoso texto jurídico afirma que es necesario tener en cuenta que “las Nuevas Tecnologías son cada vez más utilizadas en la vida diaria”, por lo que “los Estados miembros deben incorporar estos desarrollos en su práctica democrática”. Pero el argumento de fondo es sin duda la abstención, que se ha convertido en una tendencia preocupante en comicios como los europeos.

Igualmente, la recomendación del Consejo de Europa establece que “el voto online deberá ser tan fiable y seguro como las elecciones y referéndum democráticos que no hacen uso de medios electrónicos”. Del mismo modo que se realizan transacciones económicas o se gestiona una cuenta bancaria por Internet, la recomendación da por adquirido que es posible técnicamente verificar la identidad del votante y registrar su voto en una “urna electrónica” segura, hasta que las autoridades “abran” esta urna y computen los votos.

Otra disposición señala que “el modo en que los electores son guiados a través del proceso de voto electrónico será tal que evitará un voto precipitado o sin reflexión”. El sistema, además, “no deberá permitir que sea ejercida ninguna influencia manipuladora sobre el elector durante la votación”. Debería ser igualmente posible interrumpir el proceso o rectificar, siempre y cuando no se haya introducido ya el sufragio en la “urna electrónica”.

Las garantías de confidencialidad ocupan un capítulo específico en la recomendación, que indica que todo el proceso deberá ser cubierto por un sistema que garantice el secreto, no sólo de cada voto individual sino también el acceso a la “urna electrónica”, sólo posible para las “mesas electorales” a partir de la hora de clausura, y en el recuento.