El corredor de maratones de 70 años que mantiene a raya al cáncer gracias a una pastilla

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Don no corre solo.

Su familia le acompala, su mujer y su hija corren medio maratón y él continúa hasta el final sin más problemas que alguna molestia en una rodilla, que ya os digo yo, que entre otras carreras terminé el Maratón de Nueva York, que es poca cosa para cómo se te queda el cuerpo después de un “paseo” de estos.

La pomalidomida, aún en fase de investigación médica, es uno de los tratamientos revolucionarios que surgieron durante la pasada década y que mantienen a los doctores maravillados por sus impresionantes resultados, aunque sin perder la cautela.

Algunos de estos “milagrosos” fármacos incluyen la controvertida talidomida, tristemente célebre por sus funestos efectos sobre muchos niños en los años 60, a los que provocaba malformaciones, o la lenalidomida. Se trata de sustancias que no curan la enfermedad pero la mantienen relativamente manejable al estilo de lo que la insulina hace en los pacientes de diabetes o los tratamientos de control del colesterol

La clave, al parecer, se basa en la regularidad de la administración de la sustancia, de nuevo como sucede en el caso de la insulina. Una pildora al día, al menos en el caso de Don, basta para mantener su mieloma en un nivel que no interfiere en su vida, de hecho no son muchas las personas de 70 años que corren 60 maratones en 8 años. No tienen ni grupo de Facebook al estilo “señoras que…”.

Esta pastilla diaria de pomalidomida evita que las células cancerígenas presentes en la sangre y la médula ósea puedan contaminar otras células sanas, impidiendo su propagación. El problema es que muchos de estos innovadores tratamientos no responden de igual forma en todos los pacientes y aún continúa la investigación para determinar qué tipo de pacientes son más propensos a ofrecer una respuesta óptima a los mismos, para lo que se estudia su genoma.

Don Wright mientras tanto continúa con su sueño de correr un maratón en cada uno de los Estados de la Unión, de hecho este fin de semana participa en uno en Rehoboth Beach (Delaware). Su mejor marca es de 3:36, lo que personalmente me parece prodigioso puesto que quien suscribe tiene la mitad de su edad y tarda casi el doble que este luchador-corredor en cruzar la meta de los 41.2 kilómetros.

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