El día que Elon Musk se comió a sí mismo (y perdió el amor de Wall Street)

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Por qué Musk quiere que Tesla, firma de la que es CEO, compre a SolarCity, compañía de la que es presidente.

Elon Musk es una de las personalidades tecnológicas más interesantes de la actualidad. Más conocido por ser el CEO de Tesla, la firma que quiere que todos usemos coches eléctricos, es también CEO de SpaceX, una compañía que tiene como objetivo hacer que los humanos vivamos en otro planeta; e impulsor y presidente de SolarCity, proveedor de energía limpia. Amado en Wall Street y citado muchas veces como visionario y nuevo Steve Jobs, esta semana perdió parte del amor incondicional que le ofrecían los inversores. ¿La razón? Tesla Motors ha lanzado una oferta para hacerse con SolarCity.

Musk asegura que se trata de un paso lógico y necesario. En una conferencia de prensa ofrecida cuando empezaron las críticas a la decisión, el CEO y presidente de Tesla y SolarCity, respectivamente, explicó que se trataba de convertir a la primera en una firma de energía. “El mundo no está falto de compañías de automoción”, dijo. “El mundo está falto de compañías de energía sostenible”. Musk indicó que la comprá ayudaría a que “el futuro no-raro llegue aquí lo más rápido posible”, además de sentenciar con que es lo que necesita el mundo, “la solución para la Tierra”.

Pero salvar el mundo no es suficiente, dicen los críticos, y posiblemente esté también lejos de ser la razón real por la que Musk quiere que se produzca esa compra. La falta de detalles sobre por qué la operación sería interesante para Tesla desde el punto de vista financiero ha hecho saltar todas las alarmas: ¿y si la compra efectivamente no tiene ningún sentido?

Los analistas e inversores temen que se trate simplemente de un intento un poco a la desesperada de rescatar a SolarCity, que registra pérdidas trimestre tras trimestre. Teniendo en cuenta que Tesla tampoco reporta beneficios y que se espera que use su capital para producir el nuevo Tesla 3, ¿por qué gastarse dinero en hacerse con una compañía en un mal momento? Además, la oferta es por una cantidad bastante menor a la valoración que tiene SolarCity en la actualidad, lo que hace pensar que saben detalles financieros de que las cosas van todavía peor.

El principal problema: el gran conflicto de intereses

Si la compañía que quiere comprar Tesla fuese cualquier otra, también con problemas de dinero, quizá los inversores no tuviesen tantos problemas y siguiesen confiando en Musk ciegamente. No obstante, hay un detalle importante que hace que se disparen las sospechas: el gran conflicto de intereses que hay en el medio.

Musk no solo es el accionista mayoritario de ambas compañías (un 20 y un 21% de las acciones), sino que es también primo del CEO y el CTO de SolarCity (son hermanos) y el que les dio la idea de fundar la compañía. Además, en la directiva de la firma de energía limpia está también Jeffrey Staubel, cofundador y CTO de Tesla; y en la de Tesla Kimbal Musk, hermano de Elon, y Brad Buss, que fue CTO de SolarCity. Endogamia empresarial de primera clase.

Aunque ni Musk ni Lyndon Rive, CEO de SolarCity, no votaron ni votarán en las decisiones relativas a la compra, es fácil ver que su influencia y sombra son muy largas.

No obstante, no todo el mundo cree que la compra sea una mala idea. Algunos analistas apuntan que pensando a largo plazo todo lo que defendió Elon Musk tiene sentido y que se trataría simplemente de hacer que Tesla pivote desde ser una firma puramente dedicada al diseño, fabricación y venta de coches eléctricos, hasta convertirse en una de energía limpia en general.

Además, defienden que la falta de detalles financieros se debe simplemente a que Tesla estaba obligada a anunciar su oferta antes de analizar la transacción desde el punto de vista económico, ya que al ser Musk accionista mayoritario de ambas compañías podría parecer que se estaba beneficiando de información interna.

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