El ebook se cuela en el Salón Internacional del Libro Africano

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Mientras algunos expertos defienden que la demanda de libros digitales es ya una realidad, otros sostienen que el camino a recorrer es todavía muy largo y sospechan que el sector será coto privado de los grandes operadores digitales.

El presente y futuro del libro electrónico fue ayer analizado por cuatro destacados representantes del sector, durante una de las mesas de debate formadas con motivo del III Salón Internacional del Libro Africano (SILA), que se celebra desde el pasado miércoles y hasta el próximo domingo en el Tenerife Espacio de las Artes (TEA) de Santa Cruz de Tenerife.

En opinión de Luis Collado, director de Google Books España, la crisis ha precipitado que se busquen nuevas fórmulas para frenar la caída de la venta de libros físicos y, en este contexto, el ebook parece ser una solución. Sin embargo, recordó que, aunque se habla del libro digital más que hace dos o tres años, el sector sigue suponiendo el 0% del negocio editorial, igual que entonces. En este sentido, confesó no tener claro que exista una demanda real, en la calle, de contenidos electrónicos.

Collado, calificado por sus compañeros de mesa como el más pesimista de todos ellos, también reconoció que los editores cada vez están más familiarizados con Internet, pero advirtió un peligroso doble ‘efecto rebote’ respecto al ebook: por una parte, los editores que hace años quisieron ser pioneros e invirtieron grandes sumas de dinero y ahora dudan por los escasos resultados; y por otro, aquellos lectores que se interesaron por el ebook y ahora se han desencantado por las dificultades que implica comprar un libro digital en algunas plataformas. En este sentido, Collado señaló que falta un ejemplo, “algo que todos veamos y digamos: ¡Funciona!; en definitiva, falta encontrar la guinda para el pastel”.

Para concluir, el director de Google Books España advirtió de que la piratería es un fenómeno que siempre existirá, por lo que es labor de la industria editorial crear una oferta interesante para que los usuarios vean que están recibiendo algo de valor por la compra legal. En este sentido, lamentó que, hasta ahora, el ebook haya consistido únicamente en traducir los libros de papel a digital, por lo que, en su opinión, es labor de los editores pensar qué hacer para que sus productos enganchen a la gente.

Por el lado de los que sí advierten un cambio de hábitos en el lector habitual, David Sánchez, fundador de 24symbols, opinó que la gente cada vez presta más atención al ebook, lo que ha provocado que, en su opinión, el sector esté cambiando para adaptarse a esa nueva demanda. En este sentido, Sánchez explicó la apuesta de 24symbols, una suerte de Spotify que ofrece a sus clientes el acceso a una biblioteca de más de 2.000 títulos. La parte gratuita, que ya cuenta con 40.000 usuarios registrados, incluye publicidad y títulos limitados, mientras que los clientes suscritos, “de momento sólo unos pocos”, pagan una cuota mensual a cambio de tener a su disposición todos los títulos del catálogo, así como la posibilidad de leerlos fuera de la nube.

Una apuesta que, en opinión del fundador de 24symbols, supone un doble salto para los editores, ya que no sólo se les pide que cedan su catálogo, sino que además se les advierte de que algunos de sus títulos se leerán de forma gratuita. Pese a ello, Sánchez señaló que la iniciativa está funcionando bien y se mostró confiado en crecer y seguir firmando contratos con editores, descartando que su compañía, al menos de momento, vaya a ser engullida por un gigante del sector, o lo que es lo mismo, que pretenda convertirse en el Patagon del ebook.

Matilde Sanz, responsable de editoriales y alianzas de Movistar ebook, coincidió también en que el consumo digital ya no sólo es una realidad en EEUU, sino que ha dado el salto a otros países, y apostó por dar más atractivo a los contenidos. En su opinión, cada vez hay más editores dispuestos a apostar por lo digital, pese al atrincheramiento en el libro físico de otros muchos, y advirtió del peligro al que se hayan expuestos los editores que no cuentan con una estrategia digital, en un año especialmente marcado por la caída del mercado de papel.

Por último, Silvia Clemares, delegada de Kobo España, afirmó que el consumidor digital ya existe, y observó que la transformación del sector más evidente es que el consumo ha pasado a ser global, lo que requiere estrategias empresariales también globales. En este sentido, reconoció las dudas de muchos editores “ante la gran diversidad de dispositivos y las dificultades a la hora de comprar ebooks”.

Asimismo, el libro electrónico también ha estado hoy presente en uno de los debates del SILA, referido a la venta de libros en los canales tradicionales. Uno de los invitados, Francisco Goyanes, de la librería Cálamo, ha asegurado que en España no existe ningún retraso en el tema digital, y ha lamentado la obsesión de algunos por mirarse en el espejo de EEUU, “porque nosotros vivimos en España y a lo mejor aquí conviene hacer las cosas de otra forma”. Asimismo, Goyanes ha anticipado que serán los grandes operadores digitales los únicos que venderán contenidos digitales en España, “porque no tiene sentido que las pequeñas librerías se metan en una inversión brutal para digitalizar los contenidos. Al menos en mi caso”.

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