El “phishing” cuesta a la banca 50 millones de euros

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Los bancos y cajas de ahorro españoles han decidido contratar a las compañías de seguridad en Internet para hacer frente a los crecientes riesgos del fraude online.

El fraude online más utilizado en 2006, el “phishing”, consistente en el robo de datos por Internet a través de mensajes electrónicos, tuvo un coste de 50 millones de euros para el sector bancario, según datos de la Asociación de Internautas (AI).

Las entidades financieras son, precisamente, las más afectadas por este fraude y en total, durante el pasado ejercicio, se registraron 705 ataques a bancos y cajas de ahorro.

El sector bancario es víctima, a través del “phishing”, de una forma de fraude basada en la simulación de las páginas de Internet de los bancos, con el objetivo de robar los datos de las cuentas de los internautas y, de este modo, desfalcar a los clientes más incautos.

Las entidades financieras más perjudicadas fueron en 2006 Caja Madrid , Banesto y el Santander, aunque durante los últimos meses del año los “ciberdelincuentes” también han puesto el punto de mira en entidades de menor volumen, como Caja El Monte o Banco Guipuzcoano.

Los grandes bancos y cajas de ahorro españoles han decidido contratar a las compañías de seguridad en Internet para hacer frente a los crecientes riesgos del fraude online y lanzan serias advertencias a sus clientes sobre el aumento de esta nueva forma de estafa.

“Para evitar ser víctima de un fraude, nunca atienda solicitudes de claves que le lleguen a través de correo electrónico”, advierte el Banco Santader en su página de Internet.

BBVA, Banesto, Popular, Caja Madrid o La Caixa lanzan el mismo mensaje a sus clientes para advertirles sobre el peligro de la denominada “ciberdelincuencia”.

Por su lado, el presidente de AI, Víctor Domigo, señala que el futuro de la banca online y de las oficinas bancarias virtuales “pasa necesariamente por la seguridad” y exige a las entidades financieras que “mejoren su política de transparencia”, ya que, en su opinión, todavía adolece de “cierto oscurantismo”.