Empresarial, querido Watson

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El superordenador inteligente de IBM se ha hecho un hueco en sectores como la sanidad, las finanzas o la atención al cliente. El Gigante Azul lo pondrá a disposición de los desarrolladores en 2014.

En 2004 al responsable de investigaciones de IBM, Charles Lickel, se le ocurría la idea de crear un superordenador que fuera capaz de contestar correctamente las preguntas del popular concurso de televisión Jeopardy. Siete años pasaron hasta que el Gigante Azul acabó probando su cacharro en la pequeña pantalla. No hubo ningún competidor humano que respondiera más rápido a las cuestiones, pese a que el equipo de la empresa americana tenía que pulsar el zumbador con un dedo robótico y a pesar de que se enfrentaba a los mejores concursantes que habían pasado por el programa.

Watson demostró sin mucho maquillaje que gracias a su capacidad para el procesamiento del lenguaje natural podría competir con la capacidad de las personas para comprender las cuestiones, tamizar el significado y el contexto a través de los matices de vocabulario y clasificar las respuestas posibles para llegar a una adecuada.

Tras su hora de fama, Watson no se convirtió en un juguete roto. IBM pensó que el superordenador podría tener otras misiones, al margen de la de robot respondón. La empresa centenaria pensó que quizás su criatura podría ayudar a realizar diagnósticos médicos y ordenar el maremágnum de datos sanitarios.

El centro de tratamiento para el cáncer avanzado MD Anderson ha sido uno de los pioneros en probar el superordenador. “En un hospital público o de la comunidad los médicos a veces no identifican muchos pacientes con leucemia o no tienen la experiencia como para poderse dar cuenta a tiempo. La tecnología, sin duda, salva vidas. Tiene el potencial de ayudar a mejorar la atención médica que beneficia no solo a los pacientes y a los médicos, sino a todo el sistema de salud”, subraya la doctora Courtney Di Nardo, investigadora clínica del centro MD Anderson de la Universidad de Texas.

Watson nunca tomará el lugar de un médico, pero el sistema reúne la información y se la presenta al doctor de manera resumida, permitiéndole profundizar en el fondo para comprobar las pruebas en las que se basan sus recomendaciones”, añade. “Con Watson estoy en condiciones de obtener un historial de los pacientes, características y las recomendaciones del tratamiento únicas en tan solo segundos”.

El trabajo de Watson en estos dos años en el ámbito sanitario ha sido incesante. La CEO de la empresa informática, Ginni Rometty, desvelaba hace un par de semanas que Watson ya había asimilado 2 millones de páginas de información médica y aseguraba que “ya comprende el lenguaje médico”.

Haciendo números

Pero la salud no es la única familia donde el hijo de IBM ha querido ser adoptado. El superordenador ha irrumpido en los servicios financieros. Sus capacidades son idóneas para identificar patrones de mercado y analizar inversiones.

En mayo, el gigante de la informática presentaba Watson Engagement Advisor, un tipo de sistema diseñado para ayudar a los trabajadores que están de cara al cliente a monitorizar a los consumidores con estadísticas.

Stephen Gold, uno de los vicepresidentes de IBM, explica que Watson representa la llegada de las analíticas “cognitivas” que aumentan las aplicaciones que describen, predicen y prescriben lo que los usuarios deberían ver en los datos que recolectan. Así, en el campo de atención al cliente se está probando con proyectos piloto en telecomunicaciones y retailers.

Una vez que Watson penetre en la capa de las empresas y organizaciones su expansión e influencia será mayor. IBM calcula que en 2014 su tecnología podría llegar a 100 millones de personas y adelanta que en breve “podrá debatir y razonar”. Algunos temen que el superordenador del Gigante Azul  se transforme en una inteligencia artificial que sobrepase nuestro control ¿Es un pensamiento lógico o solo propio de una novela de ciencia ficción?

Watson, al alcance de los developers

IBM ha anunciado hoy mismo sus planes para poner a Watson a disposición de los desarrolladores en 2014, estableciendo una plataforma abierta y una API (interfaz de programación de aplicaciones) que permitirá a los ‘manipuladores de código’ construir apps para la nube utilizando la base de datos del superordenador y sus habilidades de lenguaje natural. Las empresas necesitarán aún contratar una licencia de Watson a IBM, pero una vez que esté hecho los programas serán capaces de obtener preguntas y respuestas de la máquina en tiempo real.

El Gigante Azul perjura que la API en sí es muy simple, proporcionando a los programas un camino directo para lanzar a Watson preguntas sobre lenguaje natural y obtener respuestas de vuelta con enlaces a contenido relevante de su base de datos.

“Pensamos que se trata de un avance tan significativo en el futuro de la informática que queremos que otras personas lo utilicen”, ha subrayado el CTO de IBM, Robert High. “Queremos que los demás partners tengan mucho más que decir en cómo evoluciona la computación cognitiva”. En principio el programa IBM Developers Cloud se lanzará con tres socios que ya están probando la API del superordenador: Fluid Retail. MD Buyline y Weltok.

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