Las empresas tecnológicas se enfrentan a un nuevo impuesto en San Francisco

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El objetivo del nuevo impuesto sobre las nóminas es paliar la escasez de vivienda en San Francisco, provocada por el boom de empresas como Twitter y Zendesk.

Los ciudadanos de San Francisco tienen en su mano que Twitter y otras compañías de tecnología tadicadas en la ciudad deban que pagar un nuevo impuesto sobre las nóminas. Los mandatarios de San Francisco estiman que el impuesto podría generar 120 millones de dólares anuales, que se destinarían a frenar la falta de vivienda en la ciudad.

Los supervisores de la ciudad Eric Mar y Aaron Peskin presentaron una medida electoral que reintroduce un impuesto del 1,5% sobre las nóminas de las empresas de tecnología. Los ingresos procedentes de esta tasa irían destinados a hacer frente a la escasez de viviendas asequibles, crónica en San Francisco.

Seis de los 11 supervisores de la ciudad tienen que aprobar la medida en agosto, para que aparezca en la papeleta de referéndum que acompaña a las elecciones presidenciales de noviembre.

La propuesta responde al creciente malestar que muchos residentes de San Francisco sienten por la influencia de las empresas de tecnología y su dinero en la ciudad. La afluencia de expertos en tecnología bien remunerados ha hecho subir los precios, en particular de los alquileres, y convertido a la ciudad en una de las más caras del país.

“El aumento de la demanda de vivienda provocada por el rápido crecimiento del sector de la tecnología y su fuerza de trabajo muy bien pagado hace que sea cada vez más difícil para los trabajadores permanecer en sus hogares en San Francisco, vivir cerca de donde trabajan y contribuir a nuestra ciudad. Al hacer que las empresas de alta tecnología paguen su parte justa en impuestos, podemos mejorar el funcionamiento de las pequeñas empresas y garantizar que todos tengan un hogar en San Francisco”, explicó Eric Mar a CNET.

Un buen número de empresas tecnológicas, como Twitter y Zendesk, pueden enfrentarse así a un cambio de sentido en las favorables políticas fiscales de San Francisco. La ciudad revisó su estructura tributaria hace cuatro años creando un impuesto a los ingresos brutos, que ahorró a esas empresas 34 millones de dólares sólo en 2014.

Alex Tourk, portavoz de SF.Citi, un grupo de defensa de las compañías tecnológicas, criticó la propuesta: “La ciudad gasta 250 millones de dólares en vivienda. Exigir más dinero a una industria que ha ayudado a asegurar que tenemos la menor tasa de desempleo en el país es absurdo”.

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