Franquicias TIC o cómo autoemplearse en tiempos de crisis

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Durante los últimos años ha crecido el número de firmas vinculadas a la informática e Internet, caracterizadas por su resistencia a la crisis y la modesta inversión necesaria.

Explotando la nube

Al margen de cánones, royalties y cuotas varias, hay que tener en cuenta que cualquier establecimiento físico, como las citadas tiendas de informática, requieren un  coste de mantenimiento, pago de alquiler, etc. Todo eso desaparece con los negocios que prestan sus servicios a través de Internet. Pues bien, también hay franquicias de este tipo.

Una de ellas es Aon Solutions, firma que ofrece aplicaciones empresariales para pymes a través del cloud computing. Se trata, por así decirlo, de una notaría virtual, en la que los clientes reciben servicios de tesorería, contabilidad, ventas, inventarios, etc., por una cuota mensual desde sólo 25 euros. Con sede en Vitoria, Aon Solutions se convirtió en franquicia en octubre del pasado año, ha recibido entre 150 y 200 solicitudes de información e inaugurará estos días sus primeros establecimientos franquiciados.

Tal y como explica su director general, Julio García, lo que pedimos al franquiciado son “dotes comerciales, conocimientos de administración de empresas y, sobre todo, que le guste la tecnología”. Asimismo, se exige un canon de entrada de 6.000 euros y otros 1.500 por merchandising, pero no hay royalties, “ni horarios, ni jefes”, tal y como recuerda García.

Otra enseña que ha minimizado los costes gracias a explotar al máximo las oportunidades que ofrece Internet es la firma andaluza Unicasa Factory, primera franquicia que opera de forma exclusiva por la Red para la compraventa de inmuebles de bancos.

La innovadora fórmula de Unicasa Factory pretende hacer frente a un mercado ni mucho menos boyante, como es el inmobiliario. En este sentido,  los franquiciados reciben una zona en exclusiva para operar, junto a una bolsa de viviendas con un precio final cerrado (entre un 30% y un 40% inferior al mercado) y potenciales compradores con solvencia económica comprobada.

A cambio, el franquiciado debe aportar una inversión de 3.000 euros, así como acompañar a los clientes a las viviendas, enseñárselas y cerrar las operaciones, cobrando por ello una comisión. Se trata, en definitiva, de una propuesta orientada al autoempleo que ha echado a andar recientemente y que cuenta ya con siete comerciales franquiciados.