Gerald Blanchard, la vida de un ladrón de guante blanco tecnológico

Empresas

Este canadiense natural de Winnipeg mpezó a robar a la edad de 6 años, y tras pasar por varios pequeños hurtos y sus correspondientes visitas a correccionales acabó siendo acogido por un profesor de mecánica con el que empezó a aficionarse a desarmar cosas y a los aparatos electrónicos.

Sus impresionantes habilidades le permitieron llevar una vida de lujo por todo el mundo, pagada por sus innumerables timos, robos a bancos y su espectacular robo de la perla diamante Koechert en 1998 por el que tuvo que saltar en paracaídas sobre un castillo en Viena.

Aunque contaba con numerosas identidades, propiedades y cuentas por todo el mundo, y era extremadamente cuidadoso, su mayor defecto era hablar abierta y sinceramente de sus logros y trabajos. Fue arrestado en varias ocasiones pero siempre logró escapar gracias a su ingenio.

Al final, su vida delictiva fue truncada por dos policías de su pequeña localidad natal que insistentemente siguieron la vida de Blanchard hasta que pudieron pinchar sus teléfonos. Sorprendentemente, Blanchard nunca utilizó la violencia en sus crímenes y nunca reveló información ni confesó en contra de sus cómplices.

De hecho hasta dio las gracias a sus captores ya que estaba cansado de huir de la justicia y tras sufrir una rebaja considerable en su condena ayuda a mejorar sistemas de seguridad.

Para aquellos que queráis saber más de este personaje os aconsejo leeros el artículo de Wired accesible en el link del final, está en inglés y es un poco largo, pero es muy interesante y ameno.— :Dani Burón [Wired]