La música en streaming sí da dinero (más o menos)

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En 2015 el streaming de música generó más ingresos que las descargas por primera vez, pero los artistas siguen quejándose de lo poco que les llega a ellos.

Tras acabar con ella, es posible que internet sea también quien vaya a salvar a la industria de la música. Eso es por lo menos lo que se desprende del último informe publicado por la Asociación Americana de la Industria Discográfica (RIAA), en el que se desgranan los datos del año 2015 y en el que destacan dos detalles: por primera vez, la industria ha conseguido más ingresos gracias a los servicios de streaming que a las descargas digitales. La facturación total también creció tras entrar en números negativos el año pasado.

“La industria de la música es ahora un negocio digital, del que salen más de un 70% de sus beneficios”, aseguró Cary Sherman, CEO de la RIAA, en un artículo en el blog de la asociación. Y, si bien las ventas de descargas cayeron un 10%, los ingresos por streaming en servicios como Spotify, Apple Music y Pandora crecieron un 29% en 2015, alcanzando los 2.410 millones de dólares y suponiendo ya un 34% de las ventas de la industria.

En el caso de las ventas físicas, los CDs siguen abocados a casi su desaparición, y cayeron un 17%, arrastrando la cifra total con ellos. ¿Por qué la caída total fue solo del 10%? Muy sencillo: los consumidores siguen en pleno idilio con los vinilos: sus ventas crecieron un 32% con respecto al año pasado y el total de la facturación, 416 millones, es la cifra más alta conseguida por los LPs desde 1988.

La industria debería estar entonces más o menos contenta, ¿no? Las cosas todavía están bastante negras en algunos sectores, pero hay varios brotes verdes que, especialmente en el caso del streaming, deberían dar lugar a la esperanza. No es así: la RIAA cree que el trozo del pastel que llega a las discográficas y a los artistas no es suficiente y tiene muy claro quiénes son los culpables. Las plataformas de streaming que ofrecen música de forma gratuita si se escuchan o ven anuncios.

La guerra contra YouTube

¿Quiénes son esas plataformas? Principalmente, YouTube y la versión gratuita de Spotify. Esta vez, como el tema de streaming por suscripción parece que empieza a ir bien, la RIAA ha dejado a la plataforma sueca fuera de su ataque y se ha centrado en la de vídeos, indicando que algo no va bien. “El consumo de música se está disparando, pero los beneficios para los creadores no han aumentado al mismo ritmo”, asegura la CEO de la RIAA. “En 2015, los fans escucharon miles de millones de streams de audio y vídeo a través de servicios bajo demanda con anuncios como YouTube, pero los ingresos por esos servicios han sido escasos -mucho menores que los de otros tipos de servicios de música”.

¿En qué se traduce esto en números para que la RIAA esté tan enfadada? Muy sencillo: los ingresos por este tipo de plataformas en 2015 fueron de 385 millones. Para ponerlo en contexto: es menos de lo que ingresaron por venta de vinilos.

En The Verge aseguran que fuentes cercanas a YouTube hablan de un pequeño detalle que parece escapársele a la RIAA: todos esos miles de millones de reproducciones en YouTube son también promoción gratuita para las discográficas y sus artistas, algo difícil de cuantificar. La propia plataforma de vídeos aseguró en un comunicado que hasta ahora “Google ha pagado 3.000 millones de dólares a la industria discográfica, y esa cifra crece año tras año”.

Lo que quiere la RIAA, claro, es que YouTube siga invirtiendo en impulsar un servicio de suscripción de pago (YoutTube Red) y que logre unas cifras de conversión como las de Spotify: el 25 de los usuarios de la plataforma sueca acaban convirtiéndose en usuarios de pago. Quizás así Internet sí logre salvar a la industria musical, después de todo, y no tengan que confiarlo todo en la moda de los vinilos.

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