La triste historia del R2-D2 del mundo real que salvaba vidas y terminó muriendo

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Aquel día la bomba se resistia a ser desactivada y se llevó por delante a nuestro R2-D2. En esa ocasión, después de salvar tantas vidas, no logró salvar el día, pero “murió” evitando que algunas vidas se perdieran.

Los soldados de la unidad en la que operaba le pidieron a los técnicos que lo reparasen, pero el robot parecía estar más allá de las soluciones de un taller. Les dijeron que podrían enviarles uno nuevo pero los soldados insistieron, no querían un R5-D4 ni un R7-D6… querían “su” R2-D2, querían de vuelta a su compañero caido, querían que como fuese Scooby-Doo caminase de nuevo. Les había salvado la vida en unas cuantas ocasiones y le querían de vuelta.

Aunque los robots no sean capaces de desarrollar sentimientos parece que nosotros sí podemos desarrollarlos hacia ellos. No es la primera vez que alguno de estos ingenios recibe alguna graduación (Staff Sargent) que podríamos traducir como Sargento Primero y se hacen acreedores de la condecoración del Corazón Púrpura, reservado a los heridos o fallecidos en acto de guerra.

Para estos soldados el ofrecimiento de un robot nuevo es algo así como si vas al veterinario con tu perro gravemente enfermo y te dice que te lo cambia por otro nuevo.

La cuestión es que en esta ocasión fue absolutamente imposible hacer nada por Scooby-Doo y en la actualidad reside en una sala de un museo en Bedford (Massachusetts) mostrando orgulloso una placa con su nombre y las marcas que contabilizan sus misiones exitosas, marcas hechas por sus compañeros humanos del pelotón de artificieros.

Algunos soldados acuden a cementerios militars como el de Arlington a rendir homenaje a sus compañeros caidos, a Scooby-Doo le podrán visitar en ese museo. ─[iRobotBomb Patrol: Afghanistan]

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