Las 6 creencias equivocadas que impiden que tu startup crezca

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Muchas ideas preconcebidas rodean el mundo de las startups, muchas de ellas falsas y que no hacen más que lastrar su crecimiento.

Todo emprendedor que lanza un startup, aunque se trata de la primera, llega al universo empresarial con una serie de ideas preconcebidas sobre cómo será su vida a partir de ahora. Internet está tan lleno de artículos que desgranan la vida de los emprendedores, que analizan la trayectoria de las startups y que dan consejos que todo el mundo parece tener bastantes cosas claras.

Las startups no son empresas normales y los emprendedores no son los clásicos empresarios de toda la vida. Los objetivos distintos, el ritmo de crecimiento y la temática de la startup hacen que todo funcione de otra forma. No obstante, todas estas ideas preconcebidas muchas veces tienen poco que ver con la realidad. Y actuar como si fuesen el único camino tan solo lastrará el crecimiento de la startup:

1. Cuanto más tiempo dediques a la startup, mejor. Se trata de una conclusión extraída de otro de los clásicos: una startup es como un bebé, necesitará todo tu tiempo y atención. Si bien esto no es del todo falso, la conclusión es bastante errónea. Más tiempo no siempre significa más cosas hechas o una mayor productividad. No obstante, todos los estudios dicen lo contrario: las horas extra matan la productividad. Es mejor parar, descansar, desconectar y volver al día siguiente con el cerebro fresco y las ideas claras.

2. Un plan de negocio es un plan de negocio. En el sentido de que ese plan será similar, sea como sea la empresa. No obstante, como las startups no son la versión en miniatura de la gran compañía, sus planes de negocio deben ser distintos para no fallar: diseño, desarrollo del producto, primera versión en pruebas, lanzamiento y… ¿plan de ingresos? Este último punto suele generar todas las crisis: el primer producto que lance una startup, por lo general, no hará nada de lo que se espera de él.

3. Los inversores llegarán si tengo una buena idea. Solo que, a veces, no llegan. Aunque se sigan todos los pasos propuestos por mentores y expertos, aunque se tengan mil reuniones con inversores que dicen que, efectivamente, la idea es buena, dar por hecho que el dinero llegará por alguna de estas vías es un gran error. La idea debe ser buena, sí, pero también mostrar cómo se hará dinero con ella a no muy largo plazo.

4. La aceleradora de startups me llevará al éxito. Piensa por un momento: ¿cuántas aceleradoras de startups hay? Muchas. ¿Cuántas startups pasan por ellas cada año? Muchas más. ¿Han llegado todas ellas al éxito? Está claro que no. La aceleradora debería ser vista como un extra, un pequeño empujón y una oportunidad para aprender y hacer networking, pero no como la respuesta. Todo depende de cómo se aproveche la experiencia.

5. Sé lo que necesita el consumidor. Nunca lo sabes, por muchos estudios que hayas hecho. El comportamiento del consumidor es muchas veces impredecible y, además, al principio es difícil tener claro quiénes son esos clientes que los primeros días no existen. Si no se tienen clientes, es difícil saber qué es lo que quieren, lo que necesitan y si les gustará nuestro producto.

6. El día de lanzamiento es el más importante. Nunca: lo importante es lo que pasa antes (desarrollo del producto, pruebas, etc.) y lo que pasa después (ver cómo se comporta el producto en el mercado y adaptarse a lo que hay que cambiar). Creer que te lo juegas a todo o nada el día de la presentación es un gran error: cómo evolucione la startup en los meses siguientes es lo más importante.

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