Las redes sociales, una mina de datos para los delincuentes

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McAfee alerta sobre el riesgo que supone publicar información personal en sitios de Internet.

Nuevos tipos de ataque

La multinacional McAfee asegura en un estudio reciente que los grupos delictivos que operan en Internet financian los estudios informáticos de algunos jóvenes, con el objetivo de que se formen en materias que en el futuro puedan ayudarles a alcanzar puestos en empresas que les interesan. La compañía de seguridad resalta la importancia que está teniendo la Web 2.0, que promociona las relaciones sociales dentro de Internet y la creación de contenidos por parte de los internautas, lo que abre la puerta a nuevos tipos de ataque.

Las redes sociales son un vehículo ideal para los delincuentes tecnológicos, según McAfee, que señala que las páginas web de la red social son ” un medio de una potencia enorme” que puede tener una gran efectividad “para conectarse con amigos o con posibles socios comerciales” pero que por su propia naturaleza son vulnerables “a la apropiación indebida”. “Existe una falsa economía de la confianza. La gente no presenta sus datos personales a desconocidos en la calle, pero la creación de perfiles en la web significa que los delincuentes pueden acceder instantáneamente a una verdadera mina de datos”.

Los robos de identidad conocidos como phishing son otra de las tácticas más utilizadas por los delincuentes informáticos para lograr beneficios. Según datos del FBI incluidos en el estudio estas acciones causan unas pérdidas de 50.000 dólares a diez millones de empresas y consumidores de Estados Unidos.

La cadena alimenticia del delito tecnológico

McAfee ha elaborado un cuadro con lo que llama “la cadena alimenticia de la ciberdelincuencia”. En primer lugar figuran los ciberdelincuentes que se dedican a encontrar agujeros de seguridad en los sistemas por el desafío. Representan al 2 por ciento de la población de hackers y autores de códigos malintencionados, y su peligrosidad es bastante baja. Más riesgo representan aquellas personas que tratan de atraer la atención de los medios de comunicación lanzando ataques sin saber muy bien cómo funcionan. En el mismo nivel de peligrosidad sitúa McAfee a los imitadores o aspirantes a hackers, que se centran en recrear ataques sencillos pero no desarrollan nuevos.

Pero los delincuentes tecnológicos más peligrosos son, según la empresa de seguridad, los empleados o ex empleados, contratistas o consultores descontentos que actúan desde dentro de las empresas por venganza o ánimo de lucro, y que representan un problema de seguridad creciente y grave. En el último peldaño de esta particular “cadena alimenticia”, están los grupos organizados, “ciberdelincuentes del mundo real, altamente motivados y bien organizados. Limitados en número, pero con poder ilimitado”, según el informe.

El informe sobre crimen virtual realizado por esta compañía señala que adolescentes de no más de 14 años inician sus pasos en el delito tecnológico como un reto personal para conseguir entrar en determinados sitios de Internet, y que es más adelante cuando estas actividades se convierten en una forma de conseguir dinero fácil. “Muchos no aspiran a ser delincuentes, sino a demostrar que son capaces” de hacer algo, señala McAfee.

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