Linux en el PC de sobremesa

Workspace

Linux todavía necesita acicalarse para aumentar su cuota en el mercado
de sistemas operativos de ordenadores de sobremesa.

Aunque las cifras varían, las fuentes más creíbles sitúan la penetración

de Linux en los ordenadores de sobremesa entre un 0,5 y un 2 por ciento

del mercado, colocando al sistema operativo de fuente abierta en un

lejano tercer lugar después de Windows y Macintosh.

Sin embargo

son muchos los optimistas que creen que Linux alcanzará una buena

posición, consiguiendo una cuota de mercado del 10 por ciento o más

durante los próximos diez años. Para ello, tanto desarrolladores como

los que respaldan a Linux necesitarán hacer algunos cambios. Según Amy

Wohl, un analista independiente de Estados Unidos, la interfaz de

usuario empleada por la mayoría de los distribuidores de Linux es un

buen lugar para empezar. Como dice Wohl, algunos cambios visuales

relativamente simples harán que Linux sea más similar a Windows.

Por otra parte, los distribuidores de Linux también deberían cambiar su

enfoque en algunas áreas. Según Wohl, en lugar de intentar convertir a

los usuarios de Windows, deberían pensar en mercados muchos más

potenciales de gente que no puede permitirse económicamente las

aplicaciones de Microsoft, citando la suite de productividad Office de

Micrososft como ejemplo.

Por otra parte, Linux necesita atraer

aplicaciones. Aunque el sistema operativo cuenta con importantes

categorías como el software de productividad, muchas áreas permanecen

intactas, ofreciendo a los compradores otra razón para permanecer con

Windows.

Entre estas áreas vacías está la de los juegos. Aunque

los títulos que normalmente están en la lista de los más vendidos son

los basados en Windows, apenas hay juegos para Linux.

Los

altísimos costes de producción para el desarrollo de juegos hace que sea

inútil intentar convencer a los grandes desarrolladores de que produzcan

juegos para Linux, señala Jay Moore, de GarageBand, editor de juegos y

creador de herramientas para su desarrollo. Esto tendrá que proceder de

desarrolladores independientes que pueden producir juegos razonablemente

sofisticados con presupuestos reducidos si se les dan las herramientas

adecuadas.