Los tres problemas más preocupantes que amenazan la Red

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Hoy, 17 de mayo, es el Día Mundial de Internet ¿Pero en realidad hay algo que celebrar?

1- Censura

Cuando Tim Berners-Lee concibió la World Wide Web en 1990 lo hizo para que fuera una herramienta global y accesible pero, lamentablemente, estos dos adjetivos no siempre acompañan a la Red. Aunque en España todavía podemos disfrutar íntegramente de los contenidos de Internet (habrá que esperar a lo que acontece una vez comience a aplicarse la Ley Sinde) no pueden decir lo mismo en otros países.

Los gobiernos de naciones como China o Irán son frecuentes censores de cualquier servicio o web que consideren peligrosas o amenazantes para sus intereses. Servicios de correo, redes sociales, páginas de noticias… el veto no tiene fin y se extiende cada semana. En el caso mandarín, la labor de la administración no sólo se reduce a ‘moderar’, sino también a adoctrinar.

Con estos fines China acaba de crear una nueva agencia para la supervisión de Internet, ‘State Internet Information Office’, cuyo objetivo es “coordinar y supervisar el contenido online y gestionar las aprobaciones administrativas de los negocios relacionados con las noticias en línea”. Lejos de tratarse de una entidad para facilitar la burocracia, todo apunta a que China pretende añadir otra capa de control a la Red.

En muchos casos los propios gobiernos de estos países censores auspician la creación de otros servicios que imitan a los bloqueados, pero siempre con tintes ideológicos afines. El control y la participación no sólo pasa por las webs, sino también por los proveedores de redes y las compañías de telecomunicaciones.

Las revoluciones ocurridas en algunos países del Norte de África y Oriente Medio han puesto de manifiesto la importancia de Internet para dar voz a los que hasta ahora no la tenían, pero también la rapidez con la que sus gobiernos actúan a la hora de ponerles una mordaza digital. Egipto o Siria han sido algunos de los países que han realizado “apagones” informativos para evitar que sus ciudadanos expresaran lo que estaba pasando. A su vez, las compañías tecnológicas han intentado esquivar el bloqueo con, por ejemplo, la creación de aplicaciones como “speak2tweet”, un software desarrollado por Google, Twitter y SayNow que, mediante llamadas, permitía convertir mensajes orales en tweets escritos.

Con la intención de acabar con esta lacra para la sociedad de la información, desde Estados Unidos estarían impulsando un proyecto para ayudar a salvaguardar la defensa de los derechos civiles y garantizar la libertad de expresión online de aquellos territorios donde la misma se ve limitada.

El plan, en el que el país norteamericano invertirá un total de 30 millones de dólares, se sostendrá sobre una tecnología que funcionará como una “honda”, identificando los contenidos censurados y lanzándolos de nuevo al ciberespacio para que los usuarios de Internet consigan acceder a él. Las vías para ello serían el correo electrónico, los blogs y otras fuentes en línea.


2- Ruptura de la neutralidad

Otro de los grandes peligros que afectan a Internet es la ruptura de la neutralidad. Se considera a una ‘red neutral’ como aquella en la que se puede realizar una comunicación de un punto a otro sin alterarse su contenido, sin embargo este principio comienza a pender de un hilo.

La saturación de la Red, ocasionada por el auge de las redes móviles en los últimos años, ha ocasionado que los proveedores y operadores se planteen dejar de suministrar tarifas planas y comenzar a ofrecer ofertas segmentadas en paquetes de datos. Las telecos se han mostrado firmes al esgrimir que se deben crear nuevos modelos ya que “el actual no será sostenible en el futuro cercano”.

Durante la segunda mitad de 2010 el asunto – a debate desde hace una década- volvía a salir a la palestra, con algunos gigantes TIC como Google, posicionándose a favor de regular Internet y proporcionar una conexión diferente a aquellos usuarios que quieran un Internet de contenidos de alta calidad.

En diciembre, la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU, aprobó una norma para legislar la neutralidad en la Red, sin embargo, fue muy criticada por sus interpretaciones “amplias y ambiguas” y debido a que sólo afecta a las conexiones terrestres por cable y no a las conexiones inalámbricas, permitiendo que los proveedores puedan seguir discriminando según que tráfico.

Mientras el país norteamericano ha impulsado esta normativa otra habría surgido de forma algo subversiva. Con el nombre de Anti-Counterfeiting Trade Agreement (ACTA) se estaría impulsando un tratado internacional de obligado cumplimiento que permitiría a los operadores cortar una conexión tras tres infracciones sin otorgar el derecho de defensa a los usuarios. Los expertos de propiedad intelectual de países como Alemania, Francia, Holanda, reino Unido o España alertan de que atentaría contra la neutralidad de la Red y otorgaría un poder exagerado a los operadores.

En la actualidad habría dos frentes territoriales. Por un lado, legislaciones como las de Chile, Finlandia o Islandia, que se posicionan hacia los derechos de los usuarios y por otro, otras como las de Francia o nuestro país, que apostarían por una monitorización de la transferencia de datos dejando a los jueces al margen.

Todas las medidas en pro-neutralidad no han satisfecho las peticiones de bloggers, especialistas y analistas que advierten del problema que puede venirse encima. Mientras se buscan soluciones a la saturación del espectro las telecos siguen insistiendo en que el modelo está a punto de cambiar y en que las compañías que ofrecen servicios online también deberán pagar “su parte”.

3- Vulnerabilidad

Si algo se ha puesto de manifiesto las últimas semanas es que ninguna información en la red está a salvo. Las brechas de seguridad son el pan de cada día en navegadores, programas, aplicaciones, servicios y plataformas web. Pero a los fallos y agujeros, explotados convenientemente por los hackers, se une la incesante actividad de éstos para reventar páginas web y hacerse con información personal de miles y hasta millones de usuarios. Los datos se venden posteriormente en paquetes y a un precio asequible a través de foros especializados en los que se suelen mover este tipo de cibercriminales.

Uno de los casos más preocupantes es el que ha visto involucrado al servicio online de Sony. Esta semana se ha vuelto a reactivar PlayStation Network tras casi cuatro semanas de cierre y la exposición de más de 100 millones de cuentas. La firma japonesa ha reactivado la plataforma con nuevas medidas de seguridad, pero puede ser cuestión de tiempo que alguien vuelva a superarlas.

Los concursos de hacking ponen de manifiesto que la seguridad de todo producto es susceptible de ser violada. En este tipo de competiciones, los especialistas, hackers amateurs y a veces las propias empresas de seguridad, muestran que es cuestión de horas llevarlo a cabo en el último producto o solución anunciada. El colectivo de hacktivistas Anonymous también ha demostrado en numerosas ocasiones -principalmente gracias a ataques DDoS- que cualquier página puede ser tumbadaen poco tiempo.

Las compañías de Internet tampoco lo están haciendo demasiado bien en materia de privacidad. Google y Facebook están en el punto de mira de reguladores de diferentes países por su laxo tratamiento de los datos personales. Aunque estas firmas se esfuerzan por mejorar su gestión de la información privada y en añadir mayores opciones de seguridad a fuerza de ensayo-error, se han convertido en un objetivo muy jugoso para los amigos de lo ajeno online. Así, rara es la semana que no se conoce un nuevo virus para redes sociales como Twitter o Facebook, o para plataformas móviles ligadas a Internet, como Android o iOS.

Pese a todos estas barreras y escollos, Internet es hoy en día el medio más eficiente para la comunicación y la información, amén de constituir una importante fuente de progreso y de crecimiento para el delicado momento económico que atravesamos. Los mandamases de compañías claves en la Red como Google, Facebook y Amazon, discutirán su papel vital participando en la reunión con el G8 que tendrá lugar a finales de mes en París.

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