Microsoft accede a las exigencias de Bruselas

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Las autoridades comunitarias instaban a la empresa a dar a sus competidores información concreta para que puedan compatibilizar sus programas con Windows.

La número uno del software ha anunciado que dará acceso a los desarrolladores de programas rivales de su código fuente, para cumplir así las exigencias de Bruselas, que en 2004 le condenó por abuso de posición dominante.

Ayer, las autoridades comunitarias daban a la empresa de Bill Gates tres semanas más para responder al pliego de cargos presentado en diciembre y que amenazaba a la empresa con una multa de 2 millones de euros si no daba a sus competidores información correcta para que puedan hacer sus programas compatibles con Windows.

En marzo de 2004, la Comisión impuso al gigante informático una multa de 497 millones de euros por abuso de posición dominante y, además, le exigió medidas correctoras para revertir esa situación.

En diciembre el Ejecutivo comunitario amenazó a Microsoft con imponerle una multa de 2 millones de euros diarios si no cumplía con las medidas correctoras de 2004, especialmente con la obligación de dar a empresas de programas informáticos información completa y adecuada para ayudar a la interoperatividad de sus programas con el sistema operativo Windows.

Esa obligación formaba parte de las medidas correctoras exigidas en 2004, e incluían comercializar en la UE una versión del sistema operativo Windows desprovista del reproductor multimedia Media Player y ofrecer a sus rivales los códigos necesarios para que sus servidores de redes informáticas funcionen con Windows. Sin embargo, Bruselas recibió diversas quejas de empresas informáticas y analizó dos informes elaborados por un organismo independiente.

La Comisión señaló en diciembre que la información ofrecida por el gigante informático fundado por Bill Gates era “incompleta e incorrecta”. Por su parte, Microsoft planteó en agosto pasado una segunda demanda ante el Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea en la que pidió que se anule la decisión de la Comisión de obligarle a compartir sus protocolos informáticos con compañías rivales.