Mire mi smartwatch, doctor: retos y promesas de la revolución mHealth

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Las apps, los dispositivos móviles y los wearables ofrecen cada vez más servicios relacionados con la salud. ¿Qué significa esto para pacientes y médicos?

¿Y la protección de datos?

Tener estas apps perfectas en cuanto a contenidos, accesibilidad y actualización de la formación, no obstante, no haría de forma inmediata que los médicos empezasen a controlar de forma más directa la salud de sus pacientes. El gran escollo que todavía hay que superar si se aspira a una nueva relación médico-paciente es el de la confidencialidad y privacidad de datos.

En un panorama en el que muchas Comunidades Autónomas todavía no tienen las historias clínicas informatizadas (y en el que no estas no se comparte entre comunidades o incluso centros, de todas formas), llegar a un punto en el que los profesionales sanitarios puedan recibir los datos médicos que un usuario recoge con su smartphone parece un reto casi imposible de solucionar, al menos en el sector de la Sanidad Pública. ¿Es tan difícil superar el tema de la protección de datos?

“A nivel de protección de datos hay que avanzar mucho”, explican desde CalidadAppSalud, “fundamentalmente en cuestiones como la identificación unívoca del usuario de forma telemática, el acceso e intercambio de información clínica del paciente entre distintos sistemas o prestadores sanitarios, etc.”. Iciar Zafra coincide en que es “el punto débil de las apps en general, no solo de las de salud. El proporcionar datos personales a través de la red sigue comportando un riesgo que muchos no están dispuestso a correr”.

La opinión de José Francisco Ávila de Tomás, no obstante, es algo más positiva. Si bien está de acuerdo con que “ha de existir una regulación”, también cree que “si un ciudadano de manera libre e informada decide publicar una serie de datos sobre su salud y permite la lectura e interpretación de los mismos a una serie concreta de profesionales sanitarios, a los que autoriza para mantener diálogos a través de un soporte digital donde se trate de su salud, no creo que existan problemas de vulnerabilidad de la confidencialidad”.

Una vez que se superen los dos principales obstáculos, calidad de las apps y temas de protección de datos y confidencialidad médico-paciente también en soporte móvil, ¿qué pasará? ¿cómo puede cambiar la atención sanitaria y la relación de los propios usuarios con su salud?

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