Nos vemos [Veredicto: Uno que se marcha, otros llegarán]

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Eso sí, si pensabas que iba a ser corto, estabas equivocado. No sería mi estilo. 😉

Antes que nada quiero daros las gracias a los lectores. Soy consciente de que hay un gran número de personas que ha leído los artículos que he escrito, y Gizmodo no sería nada si no entraseis aquí a reiros, opinar, critar o meter bulla en general. Así que a vosotros, en mayúsculas, cursiva y negrita, GRACIAS. Trolls incluidos.

En segundo lugar, un abrazo muy grande a los gizmocompis Antonio, Dani y Francisco, mis tres contemporáneos en este blog.
Antonio “lucha grecorromana” (me quedaré con eso, fue genial) y Dani “monociclo” (innegable) son con quienes más contacto he tenido, quienes me han cambiado algún día o han estado cuando yo no he podido. Siempre, siempre de buenas. Buena gente. Con unos compañeros así, ¿qué mas se puede pedir? Muchas gracias a ambos y mucha suerte.

¡Cómo no, al jefe! Difícil resulta pensar en Manu con esa palabra. Para mí, por su trato, ha sido como un compañero más. Ante todo, quiero agradecer la oportunidad que se me dio, hace ahora un año, para entrar en Itespresso, a través de ese concurso de mandar artículos. Me esforcé por hacerlo muy bien, y él apreció algunos detalles (como el guión de la firma, era un guión largo “—” como los que siempre hay, en lugar de uno corto “-“). Así que muchas gracias, Manu. :)

Y un saludo al nuevo redactor, cuando quiera que empiece. Ánimo.

¿Por qué me voy? Sin entrar en detalles, se me ha abierto una nueva oportunidad en un campo relacionado con mi carrera, y no puedo (o debo, o quiero) decir que no. Por desgracia, no voy a tener más tiempo para escribir aquí. Al menos, de momento. Cuando haya alcanzado una rutina… qui lo sa.

Quiero aprovechar para contar mi experiencia durante este año. He aprendido, para empezar, muchísimo. Cuando escribes un artículo, aunque sea corto y tenga elementos de cachondeo, no puedes decir barbaridades o luego los lectores te las dirán a ti. De forma que numerosas páginas, en concreto el todopoderoso Google (que como sabemos librará la batalla final para conquistar el mundo contra Hacendado) y la fuente de eterno conocimento, la Wikipedia, me han permitido buscar cosas tan raras como qué es un estratorreactor, un cañón de riel o los detalles de un bypass.

También surgen problemas con los anglicismos. Un ejemplo es el mencionado bypass. La palabra española es baipás. Uno a veces no sabe hasta qué punto ceñirse a las traducciones que hace la RAE, teniendo en cuenta que se les ocurren geniales ideas como incluir en el repertorio hispano algunas perlas como bluyín o murciégalo. Buscadlo vosotros mismos. Si no existiera, no redirigiría al término más común, pero sí, a alguien se le ha ocurrido que hay que aceptar murciégalo y que significa lo mismo que murciélago.

Internet es un mundo totalmente abierto. Puedes decirle a alguien que es genial, que es un soso o que es un “tontopolla”. Todos tenemos una pequeña ventaja, y es que no nos vemos las caras. El anonimato en la red otorga un poder parecido al que nos da el coche. Nos sentimos blindados, protegidos, y es ahí cuando relucen ciertas facetas de la gente.

Quiero agradecer todos los comentarios positivos que he leído, porque no suelo contestarlos, pero os aseguro que los he visto y me he sentido agradecido. Las críticas, se pueden dividir en dos tipos: las constructivas y las destructivas. Las constructivas (razonadas) han sido bienvenidas y nos han apretado las tuercas numerosas veces (ayer sin ir más lejos). Las destructivas, con falta de respeto incluida, realmente describen más al que las dice que a quien van dirigidas. ¿Cómo vamos a hacer caso de alguien que no demuestra tener educación? Estaríamos caminando hacia atrás. No merece la pena entrar en rifi-rafes: si el troll grita, no le grites más alto a él. Dale una palmadita en la espalda, sonríe, dile “ea, ea” y se irá. En alguna ocasión me he desanimado, pero entonces uno leía algún correo del todopoderoso diciendo que estaba muy contento con el trabajo y los fantasmas se diluían.

Ah, otra cosa. No somos pro-Apple ni anti-Apple. No, no nos pagan por hablar de ellos (¡o sí y soy realmente idiota y no me di cuenta!) Seguiremos (seguirán) hablando de muchos buenos productos que sacan, y seguiremos (seguirán) poniendo imágenes de sus productos siendo metidos en una licuadora. Eso mismo con otras tantas cosas. Personalmente, no tengo nada de la manzanica mordía, pero tampoco la odio a muerte ni quiero que arda en el infierno. (Aunque cuando algún día incineren un iPad 3 con un lanzallamas, probablemente lo sacarán… ¿no querríais verlo?)

Para finalizar.
Hay un tipo de lector que sé que está ahí, porque yo siempre he sido así. Es el tipo de lector que no comenta. Nunca. Sé que igualmente sigues visitando y ojeando Gizmodo pero no tienes ganas de escribir: curioseas y te vas. Aunque nos encantaría leer un comentario tuyo, aportas igualmente el granito de arena. Muchas gracias.

¿Me dirán algo por escribir 1000 palabras de despedida? XD

Un gizmoabrazo. Me voy con buen sabor de boca. :) Como diría el director Skinner de Los Simpson, dejo de ser colaborador de Gizmodo. …En este mismo momento. …En que acabo de teclear. …Esta frase. …Que estoy escribiendo. …Justo ahora. …Mismo. ¡Punto! — Javier G. Pereda [Mi neurona]