Las oportunidades perdidas de Kevin Systrom

Empresas

Antes de triunfar con Instagram y su venta a Facebook, Systrom dejó pasar importantes trenes, como los de Facebook, Twitter y NextStop.

La historia de Instagram es el sueño de todo aquel que se embarca en la creación de una start-up tecnológica: diseñar una app, ver cómo esta se convierte en un éxito masivo y finalmente venderla por 1.000 millones a una gran compañía. Pero antes de hacer el negocio de su vida con la venta de Instagram a Facebook hace un año, su cofundador y CEO, Kevin Systrom, sufrió unos cuantos fiascos, recopilados por ‘Vanity Fair‘:

El primero, cuando Systrom estaba en Stanford. Mientras estudiaba en esta universidad, Mark Zuckerberg trató de convencerle para que se uniera al equipo de Facebook. Si Systrom le hubiera hecho caso entonces, habría sido uno de los empleados de Facebook que se hicieron ricos.

El segundo tuvo que ver con Twitter. O más concretamente con Odeo, compañía de la que surgió la red social. Systrom trabajó en Odeo, pero en 2008 la abandonó y se marchó a Google. De allí surgió Twitter, que creció hasta convertirse en una red social valorada en 10.000 millones de dólares.

Y el tercero llegó con NextStop. Systrom dejó Google y se unió al sitio de recomendación de viajes NextStop, que se puso en marcha en 2009. Dejó NextStop en 2010 para crear Burbn, un servicio de localización móvil a partir del cual Systrom y Krieger Mike acabarían desarrollando Instagram. Seis meses después de la marcha de Systrom, Facebook adquirió NextStop.

No es de extrañar, por tanto, que Systrom confiese a Kara Swisher en el reportaje de ‘Vanity Fair’: “Yo estaba como: ‘¡Bien! Me perdí el barco de Twitter. Me perdí el barco de Facebook“. No puede decirse que a Systrom le haya ido mal, pero su triunfo con Instagram no es precisamente el colofón a una larga carrera de éxitos.

Leer la biografía del autor  Ocultar la biografía del autor