Penes desmontables: el secreto para la supervivencia arácnida

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Estamos hablando de la Nephilengys malabarensis, un arácnido que ha sabido evolucionar para no desaparecer.

La hembra tiene por costumbre, una vez acabado el coito, arrancarle la cabeza al macho… para que luego te quejes de tu pareja. Pero el macho de esta especie ha sido capaz de sobreponerse a este leve inconveniente. Ya se sabe, algunos con tal de echar un polvete pasar una romántica noche de amor son capaces de cualquier cosa.

La respuesta evolutiva ha venido de la mano de un doble sistema de genitales, conocidos como palpos diseñados para quebrarse en el momento álgido de la relación y continuar bombeando esperma en el interior del cuerpo de la hembra mientras el macho corre a ponerse a salvo.

Hasta un 30% del esperma logra ser transferido con éxito a la hembra después de que el palpo se haya separado del cuerpo del macho, lo que redunda en un mayor éxito en la procreación. Como son arácnidos y no lagartijas, una vez quebrado uno de estos palpos, lo que sucede cuando el macho percibe que la situación se puede poner violenta, no vuelve a crecer otro. En ocasiones el macho llega a perder ambos miembros, el titular y el “suplente” en el llamado fenómeno del eunuco, lo que tiene como consecuencia un aumento en la agresividad del ejemplar. Comprensible, si tener dos y perder uno debe crear ansiedad, perder tambien el de repuesto… Por nadie pase. ─[MSNBC]

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