Steve Jobs, en tres actos

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¿Qué hay realmente del cofundador de Apple en el biopic protagonizado por Michael Fassbender?

Hacer una película que defina la personalidad de Steve Jobs en tan solo tres momentos de su vida es complicado y más si tenemos en cuenta que para rodarla ha habido numerosos cambios en la dirección, en la producción y en los intérpretes principales. Tras varias desbancadas, Michael Fassbender asumió la responsabilidad de dar vida al cofundador de Apple en una de las etapas más importantes y maduras de su carrera.

Danny Boyle ha querido huir de la clásica estructura lineal y ha apostado por una cinta organizada en tres momentos diferentes de la vida del gurú tecnológico, concretamente la presentación del primer Macintosh en 1984, el lanzamiento del Black Box de NeXT en 1988 y la keynote del iMac en 1998. Los espacios entre las tres conferencias quedan rellenados por recursos de la prensa y algún flashback para contar lo que ha ido sucediendo en los años entre los tres eventos.

Hay varias cosas de la película de Danny Boyle que recuerdan bastante al Birdman de Alejandro González Iñárritu: Toda la acción (a excepción de un par de flashbacks) se dan en el backstage de un salón de actos o escenario y alrededores, el protagonista tiene una relación tempestuosa con su hija y su ex mujer y la prensa está presente en todo momento con un papel crucial en lo que va a presentarse sobre las tablas.

Y es que las más de 2 horas que dura ‘Steve Jobs’ son puro teatro, con pocos espacios, diálogos que se suceden unos tras otros y media docena de personajes que se relacionan entre sí. El gurú tecnológico se las tiene que ver antes de cada lanzamiento con su colega y socio, Steve Wozniak, su ex mujer e hija, Chrissan Brennan y Lisa, el CEO de Apple de 1983 a 1993, John Scully y el ingeniero Andy Hertzfeld, miembro del equipo de desarrollo original del Macintosh. Muchas de estas reuniones son supervisadas por su asistente, Joanna Hofmann, interpretada por Kate Winslet.Steve-Jobs-wozniak

‘Steve Jobs’ es una película que se deja ver, aunque al principio los personajes se atragantan un poco. Lisa, la hija de Steve, cobra un papel fundamental y se convierte casi en un personaje tan importante como el propio Jobs. Es la esencia de los primeros ordenadores de Apple y un pequeño clon de Jobs. Aunque no la quiere reconocer como su hija al principio, no puede negar que contiene una parte de él.

El personaje interpretado por Fassbender nunca llega a mutar completamente en el cofundador de Apple. Quizás no sea su culpa, sino de que en la trama en ningún momento acabemos de ver al gran maestro del marketing en acción. Pese a lo que sugería el trailer, no hay oportunidad de ver en el film al Jobs showman. En el biopic las keynotes solo tienen una aparición testimonial, pero no se muestra ningún momento de las mismas en el que intervenga el gurú de la manzana. Como espectadores solo nos quedamos con el aperitivo, pero el plato fuerte nunca llega.

Sin embargo, hay atisbos de genialidad de la personalidad del cofundador de Apple que sí se pueden palpar. Jobs sabía tocar las notas correctas de cada persona para sacar lo mejor de sí misma, aunque a veces lo hiciera de malas maneras y usando sus artes manipulatorias. Era una figura muy perfeccionista, ambiciosa y obsesionada con los pequeños detalles. Aunque daba la sensación de no escuchar, sí que lo hacía. Para comunicarse con él solo había que hablar su lenguaje, usar su idioma, no amilanarse.

Al final de la cinta descubrimos a un Jobs que prioriza a su hija por encima de todo y que prefiere dejar su amado imperio de la manzana en un segundo plano. ¿Realmente ocurrió eso? Es el momento en el que el empresario deja parte al padre y se da la transformación casi total del personaje. Parece que Boyle cambió el desenlace de ‘Steve Jobs’ por dos razones: la primera por tratar de sacar más partido a la taquilla y, la segunda, por satisfacer a Steve Wozniak, el cual sugirió algunas modificaciones en esa parte. El cofundador de Apple cobró 200.000 dólares por hacer de asesor para la película.
Steve Jobs

Pero hay cosas que no encontraremos en la película. No hallaremos ninguna mención a Pixar. Hay varios guiños a productos que posteriormente lanzaría la firma de Cupertino, como el iPhone, el iPod o el Apple Watch, un reloj que Steve Jobs nunca llegó a ver, porque falleció años antes de su lanzamiento. Se echa de menos algún guiño al cáncer que años después afectaría al genio de la manzana y que acabaría con su vida.

Tampoco encontraremos a ese Woz entrañable y bonachón que hace cola en las Apple Stores cada vez que la compañía de la manzana saca un producto. A Jeff Daniels le falta alma para plasmar a Woz. La defensa que el ingeniero hizo de los creadores del Apple II le hace parecer en la gran pantalla simplemente un sindicalista de la compañía y un personaje cuyo ego choca con el de Jobs constantemente.

Esta segunda película centrada en la vida Steve Jobs funciona y entretiene, pero no hace soñar. Lo sentimos Boyle, pero a tu campo de distorsión de la realidad le falta algo de fuerza.

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