Tecnología made in Spain: ¿utopía o realidad?

Obstáculos… y ventajas

El lugar de inicio fue siempre España y no hubo otras opciones que se barajaran realmente en serio. Ya fuera porque la startup era al principio una spin-off de una universidad (el caso de Agnitio) o porque en el mundo de Internet pensar en los espacios físicos como un límite no tiene sentido (en GOWEX comentan que su filosofía es un “always on”, “accesible desde cualquier parte del mundo”), lo cierto es que empezar aquí fue siempre la primera decisión.

¿Fue difícil? Ninguna habla de obstáculos especiales atados al lugar de origen. Emilio Martínez, CEO de Agnitio, apunta que el gran inconveniente fue “no tener clientes fuertes en el país que te ayuden a mejorar y avanzar”, ya que para una startup “es más fácil probar el producto y comenzar el crecimiento con clientes fuertes locales”.

Después están los problemas asociados más que nada al tamaño de una empresa que busca meterse en un mundo de gigantes. Javier Agüera, cofundador y CEO de Geeksphone, recuerda que el proceso de producción de su primer smartphone, fabricado en Foxconn, fue “bastante complicado”. “El ser una empresa minúscula, en ese momento casi inexistente, en una industria de gigantes resulta muy complejo”, explica. Desde GOWEX, directamente explican que no encontraron ningún inconveniente por operar desde España.

Hay además una especie de problema de percepción. España no es un país al que en principio se vea como “generador de nuevas tecnologías”, algo que provoca que a veces haya que “romper ese estereotipo con algunos clientes”, explica Emilio Martínez.

Las ventajas están también más unidas a cada compañía en sí misma o a la utilización del español como idioma principal, lo que permite la “expansión de manera natural en Latinoamérica”, como apuntan desde Agnitio. Javier Agüera, por su parte, cree que su ventaja principal fue la de su “know-how único sobre Android”, gracias al que pudieron “llegar a acuerdos de colaboración imposibles de otro modo”.