The Crowd Angel: “Somos un híbrido entre crowdfunding y capital riesgo”

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Ramón Saltor, CEO de The Crowd Angel, habla sobre las cosas positivas que ha traído al sector la ley del crowdfunding pese a que les llevó a cerrar su plataforma.

El crowdfunding puede ser una alternativa muy interesante para conseguir fondos para el lanzamiento de un producto o la creación de una startup. El ejemplo más claro ha sido el de Pebble, que recurrió a Kickstarter desde casi sus orígenes, consiguiendo millones de dólares para producir sus relojes inteligentes.

El equity crowdfunding es una variante a caballo con el mundo del capital riesgo en el que los microinversores ponen dinero a cambio de una participación en la empresa. The Crowd Angel es una plataforma centrada en esta vía que nació hace tres años y que pretende servir  como un vehículo para ayudar a las startups a obtener financiación y permitir a los emprendedores que se puedan centrar en sus negocios.

Con 5.032 registrados, The Crowd Angel ha conseguido hasta la fecha levantar 2.807.000 euros para sus startups. Hasta la fecha su mayor hito ha sido ayudar a la firma de logística Glovo a obtener 312.000 euros en tan solo 11 días.

Decidimos montar la plataforma tras experiencias personales intentando invertir en startups. Trabajamos en banca y en teoría deberíamos saber de ello, pero lo vimos complicadísimo. A partir de aquí conocimos a Inveready y Cube Investments y todos coincidimos en la valoración de que para un inversor privado es muy complejo poner dinero en startups. Queríamos resolver esto, así que trabajamos por crear una plataforma online para simplificarlo”, nos cuenta en una entrevista en nuestro estudio Ramón Saltor, cofundador y CEO de The Crowd Angel.

La compañía ejerce como ‘curador ‘de empresas emergentes. Su objetivo es financiar únicamente a entre 10 y 15 startups cada año. “Sin duda, podríamos publicar muchas más operaciones porque cada año recibimos unas 600, pero lo que queremos es enfocarnos a las startups más interesantes que encontremos en el mercado”, señala Saltor. “Queremos ir a operaciones con un alto potencial”.

Les interesan las empresas de base tecnológica en fase preseed o seed con modelos de negocio escalables, valoradas entre 500.000 y 1.500.000 euros y que quieran cerrar operaciones entre 150.000 y 300.000 euros en capital privado.

Luces y sombras de la ley del crowdfunding

Ramón ha sido uno de los principales interlocutores con la Administración Pública para la elaboración de la ley del crowdfunding, una regulación que se aprobó finalmente en abril, que les ha afectado de pleno, incluso obligándolos a cerrar temporalmente. No obstante, el fundador de The Crowd Angel valora que, pese a que se partió de dos extremos, se ha alcanzado un punto intermedio “que consideramos que es bueno y que es suficiente para crecer a un ritmo más rápido”.

Saltor destaca los factores positivos de la normativa: “ha dado a conocer el crowdfunding, da confianza tanto a emprendedores como inversores y, además, las plataformas pasamos a estar reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Creo que es bueno tener un regulador detrás que exija ciertos cumplimientos”, comenta. En el caso de su plataforma en concreto asegura que en los últimos meses el ritmo de registros tanto de inversores como de fundadores ha incrementado, las operaciones se están financiando mucho más rápido que antes y hay mucho más entendimiento por parte de las startups, así como actores del capital riesgo que toman más en serio el crowdfunding.

La mayor crítica a la ley del crowdfunding son los límites, una barrera a la que no están acostumbrados los inversores extranjeros. “Por la burocracia, es prácticamente imposible que un inversor extranjero participe. Era uno de los puntos que estuvimos intentando trabajar. Al final optamos en los puntos básicos para poder crecer. Es uno de los puntos que queda en el tintero, porque la ley es mejorable”, subraya Saltor.

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