Venture builders: otra forma de crear una startup

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Los venture builders parten de una idea de negocio y se encargan de buscar el equipo y la financiación para desarrollarla y convertirla en una startup.

Habitualmente, el surgimiento de una startup sigue un proceso tortuoso, en el que un emprendedor o un grupo de emprendedores tiene una idea de negocio, recurre a una aceleradora para que le ayude a madurarla, pide financiación a instituciones públicas, ángeles inversores o fondos de capital riesgo y, si consigue superar todas estas fases, lanza finalmente su producto o servicio.

Este modelo de creación de startups, digamos tradicional, se enfrenta a diversas trabas –financieras, legales, administrativas, de mercado- que muchas veces el entusiasta emprendedor no sabe cómo superar. Por ello surgieron unas entidades llamadas venture builders, que enfocan el proceso de una manera inversa.

Es decir, un venture builder (VB) parte de una idea de negocio prometedora o ya validada en otros mercados y, a continuación, emprende la búsqueda del equipo y la financiación necesarios para desarrollarla y convertirla en una empresa viable. A cambio de los servicios prestados, recibe un porcentaje de los beneficios que logre la startup.

Un venture builder se parece en cierta medida a una incubadora de startups, ya que dedica todos los recursos y esfuerzos del equipo central a las startups incubadas desde el minuto cero: espacio de trabajo, inversión inicial, asesoramiento en la búsqueda de financiación; apoyo constante en la estrategia del proyecto, servicios de IT y software, comunicación y relaciones públicas, recursos humanos, legal y finanzas, además de acceso a una red de networking.

Las ventajas para los emprendedores son claras: al entrar en un proyecto comprobado y viable, reducen su riesgo y reciben estabilidad. Los factory venture builders son una buena opción, por tanto, para aquellos emprendedores que no cuentan con dinero suficiente o no quieren arriesgar su estabilidad económica y profesional para embarcarse en un proyecto de resultado incierto.

Los primeros venture builders nacieron en Estados Unidos y Alemania. En EEUU los más notables son Obvious Corp., del que salieron Twitter y Medium; Hard Valuable Fun (HVF), responsable del lanzamiento de Affirm.com y Glow.com, y Betaworks, cuyo porfolio de startups incluye a Instapaper y Blend. En Europa, el referente es el alemán Rocket Internet, creador de Jumia y FoodPanda entre otras empresas, con otros grandes como el holandés StarterSquad. El modelo también ha llegado a África, con el innovador modelo de negocio conjunto de los sudafricanos Springlab.

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¿Cómo funciona un venture builder?

Como hemos dicho, la forma de proceder de los venture builders es inversa a la de las aceleradoras tradicionales: la startup surge antes que el emprendedor y la financiación. La idea de la startup viene dada por los miembros del venture builder, no por los responsables del proyecto. Esto implica que deben contar con un equipo que trabaje en llevarla a la práctica.

Ignacio Pardo, responsable de estrategia de Sonar Ventures, explica que su venture builder funciona en dos fases. En una primera fase, denominada de “liquid building”, escogen la idea de negocio y la presentan al equipo del venture builder. A continuación se pasa al “idea modeling”, en el que se trabaja en el problema al que da respuesta la idea y sus posibles soluciones. Es un proceso estructurado, partiendo de la idea original y validándola mediante encuestas y pruebas que permiten adaptarla al mercado real.

Una estrategia similar sigue Nuclio, otro de los venture builders españoles punteros. La entidad madrileña realiza copy-cuts, es decir, crea startups a partir de ideas de negocio validadas en otros mercados. María Hidalgo, cofundadora y CMO de Nuclio, señala que para identificar ideas de negocio válidas, sus analistas “se fijan principalmente en la tracción y cuota de mercado que tienen en su país de origen y en el capital que han levantado, teniendo en cuenta asimismo que el proyecto pueda encajar en nuestro país”.

Cuando ya están identificadas las ideas y perfilada la estrategia de lanzamiento, el siguiente paso es seleccionar a los equipos. A tal fin, Nuclio celebra el Nuclio Weekend, un evento de fin de semana donde se reúnen medio centenar de emprendedores y profesionales previamente seleccionados, para que trabajen en las ideas. El objetivo es identificar qué candidatos son los mejores para emprender y qué equipos encajan mejor o peor.

De este modo, se identifica a personas con talento que posteriormente trabajarán en la startup. Dependiendo del venture builder, este funda la startup o la cofunda con el equipo tras un periodo de negociación. El venture builder utiliza recursos compartidos (capital, equipos, conexiones, etc.) para lanzar la solución y conseguir que llegue a funcionar como una empresa plenamente operativa. Se da por finalizada su participación cuando la startup ya está lo suficientemente formada como para operar por sí misma.

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¿Cómo lanzar una startup de éxito?

Una vez testada la viabilidad de la idea de negocio, se funda la startup, normalmente como sociedad limitada. En el caso de Sonar Ventures, es el propio VB el que se ocupa de seleccionar y contratar a un equipo de personas que trabajarán como empleados de la startup. Por último, buscan un emprendedor, al que ofrecen un proyecto comprobado y viable. En el caso de Nuclio, el equipo se centra en desarrollar la idea para poderla testar rápidamente en el mercado.

De un modo u otro, el método de lanzamiento de una startup sigue dos fases. En la primera fase, el venture builder funciona como “madre” de la startup y en la segunda se produce el “alumbramiento” de la empresa, cuando esta empieza a funcionar independientemente.

Uno de los beneficios de los venture builders es que el equipo de la startup y el emprendedor se ven liberados de tareas burocráticas como crear la sociedad, pagar impuestos, abonar salarios, buscar una oficina o diseñar la web corporativa. De todo ello se encarga el VB, mientras que, en palabras de María Hidalgo de Nuclio, “el equipo cofundador debe enfocarse en desarrollar el producto y en conseguir buenas métricas”.

“Todos asumimos riesgos, excepto los trabajadores de la startup”, afirma por su parte Ignacio Pardo, de Sonar Ventures. Este venture builder se encarga además de buscar a los inversores. Obtiene una parte del capital de la startup, proporcional al riesgo asumido y a su inversión de tiempo y dinero. El emprendedor, por su parte, recibe un salario y una participación en la startup.

Y llega la última parte: cuando el equipo ya tiene el MVP (producto mínimo viable), se empieza con el marketing y la promoción. Normalmente en este punto es cuando se empieza a buscar la primera ronda de financiación. Y a partir de aquí, sólo queda crecer.

En teoría, cuando una startup crece lo suficiente como para independizarse tiene que irse de las oficinas del venture builder. No obstante, eso no significa que este se desvincule totalmente del proyecto, ya que todos ellos presumen, con motivo, del éxito de sus startups y permanecen ligados, bien mediante participación accionarial o acciones de apoyo, a la marcha de las mismas.

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Venture builders en España

Esta filosofía de creación de empresas es un movimiento ascendente en el ecosistema de startups y la industria tecnológica, de modo que está popularizándose fuera de Estados Unidos y Alemania. En España, no hace mucho tiempo que los venture builders se han incorporado a la comunidad de startups, pero ya tenemos entidades como Sonar Ventures, Climbcrew, Antai Venture Builder, Mola o Nuclio.

Sonar Ventures fue fundada en 2011 en Madrid por Álvaro Cuesta. Basado en una metodología ágil, tiene una motivación social, según Ignacio Pardo, responsable de estrategia: “Ofrecer proyectos que mejoren la vida de la gente, en campos como la alimentación o los viajes”.

Desde su creación, Sonar Ventures ha lanzado varias startups. La plataforma de native commerce Lyra es la más conocida, pero también destacan Foodinthebox, Wysh Travel, Yump, Hotusa Ventures o The Element, en verticales como la alimentación, los viajes, la realidad aumentada o la gestión del talento.

Nuclio nació hace un año de la mano del business angel Carlos Blanco. Siguiendo un modelo de cofundación con los emprendedores, este venture builder en Barcelona ya ha creado cinco startups –Scanloteria, Eelp, Brokoli, Kynda y Housfy-, algunas de las cuales se han formado íntegramente con participantes de su evento de selección de profesionales Nuclio Weekend.

Por su parte, Antai Venture Builder pertenece a un ecosistema internacional creado hace cinco años en Barcelona, integrado por una incubadora de proyectos móviles y online, una red de business angels, un fondo de capital riesgo y las diferentes startups lanzadas. Hasta ahora, ha emprendido 13 negocios –destacan Wallapop, Deliberry y Shopery- en siete países, de sectores como ecommerce, aplicaciones, redes sociales y SaaS B2B2C.

En cuanto a Mola Tech Venture Holding, cuenta con una dimensión de venture builder, además de inversión en capital riesgo y semilla. Esta incubadora y aceleradora emplazada en Mallorca ha creado tres startups: PlaySpace, Geniuzz, y MisDocs.

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