A los EEUU no les gusta el estándar de kilo francés

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Resulta que el kilo es la única unidad del Sistema Internacional que se define por la característica de un objeto. Por poner un ejemplo, el metro no se define por algo largo que haya en un bonito museo, con dos marcas, entre las cuales transcurra el “metro”. Un metro es oficialmente la distancia que recorre la luz en 1/299.792.458 segundos, en el vacío. Se hace así porque la velocidad de la luz es fija, resultando en una definición de metro más constante. Una barra, por ejemplo, podría elongarse o encogerse según la temperatura. ¡Y no vamos a cambiar las medidas si algún día hay un incendio en el museo!

En cuanto al kilo, empezó a definirse como la masa que tiene un decímetro cúbico de agua pura a 4 grados centígrados. Se fabricó un cilindro metálico, a base de platino e iridio, con una misma masa que la especificada.
Peeeero… resultó que obtener agua pura a 4 grados era una tarea bastante complicada y más inestable que la lengua de Pocholo el propio cilindro metálico, así que fue este objeto el que pasó a ser el patrón básico para definirlo.

Total, que el cilindro de marras tiene ya 130 años de antigüedad, y el tiempo no pasa en balde para nadie ni nada (salvo para Jordi Hurtado, claro). Con el tiempo, su masa cambia (la del kilo, no la de Jordi Hurtado. Esta permanece constante). Los estadounidenses, conscientes de ello, han decidido que Jordi Hurtado es un Terminator presionar a través de su Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, poniendo una queja formal a la Oficina Internacional de Pesos y Medidas francesa para ver si cambian la definición por algo más imperecedero, inmortal, imperturbable, estático. Como la cara de Steven Seagal.

En realidad pretenden medir el kilo respecto a la constante de Planck, del campo de la física cuántica. Todavía la están midiendo a partir de una masa, de modo que mandarán la petición el próximo octubre, en 2011. De aceptarse, la definición de kilo podría cambiar poco antes de 2020. (Pues sí que son lentos…)

Aunque si cambia, ni nos enteraremos.  — Javier G. Pereda [GizMag]