Hace más de un mes Amazon lanzaba el Fire Phone, un dispositivo que ha marcado dos puntos de inflexión para el gigante del comercio electrónico. El primero, por suponer el esperadísimo y rumoreado estreno de la compañía de Jeff Bezos en el mundo de los smartphones con un dispositivo disruptivo capaz de mostrar efectos 3D gracias a media docena cámaras frontales.
El segundo sería la ruptura con una línea de precios económica seguida para el hardware en los últimos años.
Mientras los ereaders Kindle y los tablets Kindle Fire se comercializan con unos márgenes de beneficio casi nulos para Amazon y unos precios muy bajos, el teléfono de la empresa de Seattle se vende con un coste en la línea de los smartphones insignia de algunos fabricantes de hardware: 649 dólares libre o 200 dólares (para la versión de 32GB) financiado con un contrato de AT&T, es decir, el mismo rango que el Galaxy S5 o el iPhone 5S.
Precisamente el alto coste podría haber sido la causa de que el Fire Phone no se esté comercializado tan bien como había previsto la empresa de ecommerce. Aunque Amazon nunca proporciona cifras de ventas, sí lo han hecho comScore y Chitika. The Guardian ha combinado las cifras de ambas y ha estimado 35.000 unidades distribuidas aproximadamente desde que el terminal salió a la venta.
“Mientras que Amazon realmente está tratando de conseguir que el Fire Phone sea un producto de éxito, las condiciones actuales muestran que el objetivo es más realista a largo plazo que a corto”, explican desde Chitika.
Por el momento, el smartphone se ve más como una curiosidad que como una opción atractiva para el consumidor. Los efectos 3D y la denominada ‘perspectiva dinámica’ que crea la ilusión tridimensional resultan demasiado perturbadores aún para los usuarios, acostumbrados a otro tipo de smartphones. La versión aligerada de Android que tiene el Fire Phone tampoco convence a los usuarios americanos, que se han acostumbrado a utilizar Android o iOS.
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