Informatizar todos los procesos de gestión y control de cualquier actividad tiene la ventaja de que cuando el sistema funciona correctamente agiliza y facilita el trabajo enormemente. La otra cara de la moneda es que hasta los procesos más simples se vuelven dependientes de la tecnología, y un fallo o caída en el sistema informático puede generar un desajuste de magnitudes enormes.
Algo parecido es lo que ha sucedido en algunos aeropuertos estadounidenses. Un error informático en el sistema que gestiona la información de los vuelos en Hampton, central desde la cual se trasmiten los datos de cientos de vuelos a Salt Lake City, obligó a retrasar los vuelos que salían o entraban a los aeropuertos de Baltimore, Charlotte, Atlanta, Chicago y Boston.
Aunque en ningún momento se perdió la comunicación con los pilotos y no hubo problemas de seguridad durante los vuelos, tardaron más de cuatro horas en solucionar la incidencia.
Los responsables descartan que haya podido ser causado por un hacker y apuntan un problema técnico procesando el software.
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