Lo mejor de todo es que funciona con cualquier micrófono de contacto y con cualquier superficie, permitiendo que la misma con sus vibraciones al tocarla con diferentes objetos y de diferentes maneras genere efectos realmente curiosos.
¿Cómo lo consiguen? Por un lado genera sonidos simulando las leyes físicas correspondientes a la vibraciones que detecta, por otro lado utiliza la síntesis de concatenación, también llamada mosaicos de audio, con la que asocia un sonido en una base de datos con el tipo de sonido que recoge.
De esta manera diferentes maneras de tocar, gestos y objetos producen sonidos radicalmente diferentes, mucho más allá de lo que se obtendría por simple percusión.
El sistema ha sido desarrollado por Bruno Zamborlin y Rober Schnell, investigador del Centro Pampidou, y actualmente está siendo utilizado por el compositor Lorenzo Pagliei en el proyecto Airplay de IRCAM.
Gracias a ellos, los típicos traqueteos de dedos de la gente en oficinas y transportes podrán convertirse en verdaderas sinfonías acústicas que nos pongan aún más de los nervios. [BoingBoing]
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