“Cookflat es un Airbnb gastronómico sin salir de tu ciudad”

Para viajar a veces no hace falta moverse del sitio. Un pensamiento, un aroma o un sabor nos pueden trasladar a kilómetros de distancia. Si hablamos de comida, la cosa puede ser tan fácil como tirar de JustEat y de algún restaurante étnico que nos lleve la comida a casa. La evocación será nuestro medio de transporte.

Pero hay otras alternativas. Una de las más interesantes es Cookflat, una web que se acaba de lanzar y que nos permite disfrutar de un menú de cualquier parte del mundo sin salir de nuestra ciudad (de momento solo está disponible para Madrid y Barcelona, pero en breve llegará a Málaga, París y Londres . Este servicio se basa en la buena fé y en el interés por conocer gente de otras culturas de anfitriones e invitados. Pero además, puede servirle para obtener unos ingresos extra a aquellos duchos con la cocina.

– ¿Cómo surgió la idea de Cookflat?

– La idea viene de muy lejos, concretamente de un viaje a Cuba hace ya 10 años en el que tuvimos la experiencia de estar en varios “paladares” cubanos. Para quien no los conozca los “paladares” son casas particulares a las que vas para comer con los lugareños y compartes con ellos la mesa, conversando y degustando sus platos sencillos y caseros. El carácter abierto de los cubanos hizo de esa experiencia algo inolvidable que nos marcó.

– Algunos dirán que vuestra plataforma es una especie de CouchSurfing o Airbnb aplicado a la gastronomía, tanto por la oportunidad de conocer gente de otras culturas como por la de sacar rentabilidad a algo propio…

– Quienes lo piensen no estarán equivocados. Dos años atrás, conocimos la plataforma de Internet Airbnb, que utilizamos en uno de nuestros viajes, y casi de forma natural pensamos que sería genial desarrollar una web similar basada en la gastronomía, para globalizar los “paladares” y brindar a la gente la posibilidad de conocer en un entorno particular otras culturas culinarias.

La principal diferencia es que no tienes que viajar necesariamente para conocer otras culturas, en tu propia ciudad tienes esa posibilidad. Creemos que la experiencia de Cookflat es interesante tanto para gente local que quiera conocer la cultura y gastronomía de personas de otras regiones y países que residen en su ciudad, como para turistas y viajeros interesados en descubrir la cocina y costumbres de la gente autóctona del lugar visitado.

– ¿Sabéis si existe algún otro servicio parecido en EE.UU u otro país? ¿Qué os diferencia de ellos?

– Que nosotros conozcamos lo más parecido son los restaurantes clandestinos en casas particulares, muy de moda en Londres y también ahora en Barcelona. Pero nosotros queremos alejarnos totalmente de este concepto. En Cookflat, cuando vas a casa de un anfitrión, no debes esperar que te sirvan como en un restaurante, lo bonito de la experiencia es compartir la mesa como lo harías si fueses a casa de unos amigos. Comiendo y charlando conocerán, tanto invitados como anfitriones, las culturas respectivas.

– ¿Qué requisitos hacen falta para ser anfitrión?

– Solamente ser un amante de la cocina, profesional o no, y tener interés e inquietud por conocer otras personas y culturas. Por supuesto un carácter abierto y hospitalario deben formar parte de su personalidad.

– ¿Ponéis algún precio ‘suelo’ o ‘techo’ para los menús que se ofrecen?

– Nosotros no fijamos ningún precio, es totalmente flexible, en todo caso damos algún consejo si el anfitrión tiene dudas y nos consulta. Pero por lo que hemos visto con los primeros registros las propuestas son totalmente razonables y los precios se ajustan al producto y composición del menú que ofrece cada anfitrión.

– ¿Existe algún límite en cuanto al número de cenas o comidas que se pueden ofrecer por anfitrión al día o a la semana?

– En este caso si hay un límite, cada anfitrión solo puede ofrecer como máximo un único turno de comida y/o cena diario, precisamente por el enfoque social de la experiencia, alguien que pretendiera únicamente buscar un rendimiento económico ofreciendo varios turnos al día no encajaría con el concepto de Cookflat. Por el contrario no hay un mínimo establecido, un anfitrión puede ofrecer varios días a la semana, o solo un par al mes o un único día al año.

– ¿Cómo monetizáis o pensáis monetizar Cookflat? ¿Le cobráis algún porcentaje a los anfitriones?

– A los anfitriones No, a los invitados. Sobre el precio marcado por el anfitrión nosotros aplicamos un 10% de incremento que asume en su pago, desglosado y debidamente informado, el usuario que realiza la reserva.

– ¿Disponéis de algún seguro para la gente que pague por un menú? Me refiero a casos de indigestión, alergias, etc…

– De momento no, pero es algo que tenemos contemplado incluir. Acabamos de lanzar la web y el primer objetivo es ver cuál es su acogida por el público, si genera interés y por lo tanto reservas. Si tiene éxito y empezamos a crecer, estudiaremos dar esa cobertura mediante la contratación de una póliza de seguro, para generar mayor confianza tanto a invitados como a anfitriones.

De todas formas es importante puntualizar que no existe ningún control sanitario, del mismo modo que no lo hay cuando vas a cenar a casa de unos amigos. En cuanto a las alergias, el anfitrión debe incluir en su menú el detalle de los ingredientes y el invitado puede ponerse en contacto con el mediante la web para trasladarle cualquier consulta o sugerencia de cambio al respecto. También aconsejamos a los anfitriones que se miren sus pólizas de hogar ya que puede ser que contemplen coberturas para este tipo de eventualidades, que por supuesto esperamos que no se den.

– ¿Tenéis pensado lanzar alguna app de Cookflat para dispositivos móviles en el futuro?

– Por supuesto, está contemplado para un futuro. Hoy en día… ¡¡si no tienes tu app no eres nadie!!  Además esperamos que las aplicaciones nos abran el mercado a un mayor público.

– ¿Habéis solicitado alguna ayuda pública o de algún otro organismo para el proyecto? ¿De dónde han partido los primeros fondos?

– No hemos solicitado ninguna ayuda, los fondos son propios de los socios que formamos parte de este proyecto. El siguiente paso es buscar inversores ya que sin recursos económicos es inviable proyectar el crecimiento de Cookflat hacia la internacionalización, como tenemos previsto en nuestro plan de empresa.

Alberto Payo

Redactor jefe de ITespresso.es. Comunicador audiovisual y periodista digital desde hace más de una década y tecnológico desde hace casi 7 años. Dentro de las TIC, interesado por la movilidad, las startups, los emprendedores y las apps. Fuera de ellas, aficionado al cine, la fotografía, los cómics, los viajes y los monólogos.

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