Es cierto que sobre gustos no hay nada escrito, pero siempre que he visto unos dados (¿de la suerte?) colgando del espejo retrovisor de un coche un escalofrío me ha recorrido la espalda. Me recuerdan al Seat maquinero, a España profunda de Ducados, carajillo antes, durante y después de las comidas y siesta en bares con cinturón suelto y pantalón desabotonado. Pero sólo es una impresión, y es ignorante inocente. Por eso, ver que los dados de marras también son amados fuera de nuestras fronteras y hasta superan las barreras tecnológicas para vestirse de 7 colores, 7, diferentes enchufados al mechero del coche, me hace pensar que estaba equivocado. Salir de dudas no cuesta demasiado: 19 dólares (12 euros). — Rafa M. Claudín [Gadget4all vía Pocket-lint]
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