Dinasty Warriors 4: Empires

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Koei no se cansa del asunto refrito y vuelve a publicar un nuevo Dinasty Warriors 4, esta vez con la coletilla Empires.

La reutilización de código es una buena práctica de programación si se quiere conseguir un buen rendimiento. Parece que la gente de Koei se lo ha tomado a la tremenda, y vuelven a atacar con una nueva entrega de Dinasty Warriors 4. Si la versión Extreme nos ofrecía unos cuantos arreglillos en general, Empires trae algo más de chicha, pero en el fondo no deja de ser otra cosa que una versión pulimentada del original.

Desde luego, esta nueva entrega no viene de vacío en cuanto a novedades: podremos repartir leña en un montón de escenarios más, tomando parte además de otras regiones menores, a parte de los grandes reinos contendientes clásicos de esa época previa a la formación de China como país.

Se ha mejorado el editor de personajes, dándonos mucha más flexibilidad y claridad a la hora de crearlos, con lo que resulta más atractivo el crear un personaje propio en vez de usar los que nos ofrecen los distintos reinos combatientes.

Sin embargo, el verdadero atractivo (respecto a versiones anteriores de la subserie 4 de la saga DW) es el componente más estratégico que se ha introducido. Tendremos en nuestras manos más poder a la hora de interactuar con los reinos vecinos, y podremos desde ir desarrollando mejores recursos para potenciar nuestro reino hasta, desde luego, participar de forma personal en todas las batallas que tengamos que librar para poder conseguir nuestro propósito: la unificación de los territorios.

Sensación de deja-vù

Una vez metidos en faena (véase, pateando traseros de reinos vecinos que se oponen a nuestra justa intención de invadirlos), el asunto es muy parecido a versiones anteriores: llevamos a nuestro personaje apaleando a grandes cantidades de tropas y disfrutando especialmente los momentos con golpes especiales, y los combates contra los generales enemigos (que por cierto, podrán en ocasiones unirse a nuestras huestes cuando sean irremisiblemente derrotados).

A nivel técnico el juego sigue siendo muy bueno, pero sin aportar nada especialmente significativo respecto a versiones anteriores. Los gráficos son buenos (especialmente a la hora de usar esos movimientos especiales de cada personaje), el sonido acompaña bien y la música también está a la altura.

La jugabilidad ha mejorado al introducir estos factores estratégicos al ya tan manido momento de las batallas propiamente dichas (que tras muchas horas de juego pueden resultar un poco monótonas).

En resumidas cuentas: si ya se posee alguna de las anteriores versiones de Dinasty Warriors 4, francamente uno tiene que tener un nivel muy alto de adicción al juego para pedir más y más, y salir corriendo a comprar esta nueva versión. Si no es así, esta versión 4 Empires ofrece una gran cantidad de diversión a base de repartir tortas en entornos pre-chinescos con un ligero toque táctico.

Julio Canto