Verles hablar será como cuando estás con tu viejo amigo de erasmus y su cuadrilla de guiris de farra y no te enteras de nada mientras el resto se ríen. Los dos Lingodroids, que será algo así como robot en australiano, son una invención de la Universidad de Queensland y se han inventado un método mediante cambios de postura y lugar para lograr expresar distancias y posiciones.
“En su situación actual de todo lo que pueden hablar es sobre conceptos espaciales, pero lo importante es que se están formando estos conceptos, están empezando a entender realmente lo que significan las palabras”, explica Ruth Schulz, directora del proyecto.
Estos dos amigüitos, sí amigüitos, son básicamente un ordenador portátil con patas, según dicen los miembros de su equipo de diseño, pero turbocargados con un sonar, una cámara, un láser, micrófonos y altavoces. Y porque no les quedaron USB’s libres que si no…
Cuando los robots se mueve por la habitación generan palabras y pitidos para comunicarse entre ellos y darse información sobre obstáculos que se encuentran y ya se han inventado palabras como “pize”, jaya” o “kuzo”.
Y nos reíamos de la pareja de bebés discutiendo al lado del frigorífico. Fijo que estos dos se vieron el vídeo.
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