El 43,3 por ciento de los que no votan nunca, lo haría por móvil

Movilidad

Según un estudio, las entidades bancarias deben invertir en Nuevas Tecnologías que permitan a los ciudadanos participar fácilmente de las decisiones políticas.

El diputado socialista José Cepeda ha desvelado en unas jornadas sobre nuevas tecnologías que un 43,3 por ciento de los ciudadanos que habitualmente no participan en los procesos electorales votaría si lo pudiera hacer con el teléfono móvil. Además un 38,8 por ciento también lo haría si hubiera algún sistema electrónico que se lo facilitara.

En las jornadas, centradas en “Las Nuevas Tecnologías aplicadas a la Participación Ciudadana: Calidad Democrática”, se ha conocido el avance de un estudio que está elaborando la Fundación Trece Rosas según el cual, aparte de ese 38,8 por ciento de ciudadanos que votaría si pudiera hacerlo virtualmente, hay un 33,2 por ciento que no votaría en ningún caso y otro 16,6 por ciento que “se lo replantearía”.

De los que afirmaron que sí votarían con otros sistemas de votación, la mayoría son mujeres, y, por edades, casi la mitad son jóvenes de entre 18 y 35 años.

Igualmente, un 43,8 por ciento de ese porcentaje que no participa asegura que lo haría si pudiera hacerlo con el teléfono móvil, algo más de los que prefieren el ordenador personal, el 32,5 por ciento, u otros sistemas digitales interactivos, el 23,7 por ciento.

Para Cepeda, “las Nuevas Tecnologías han de ser útiles a los ciudadanos en su vida cotidiana y han de ponerse al servicio de los intereses públicos, para consolidar la democracia y universalizar el estado del bienestar”.

Desde su punto de vista, “hoy no es entendible que millones de ciudadanos en el mundo puedan realizar transacciones económicas a través del teléfono móvil y todavía no lo puedan utilizar para votar algunas decisiones”.

El dirigente socialista madrileño ha afirmado en este sentido que si las grandes entidades bancarias han invertido en herramientas que facilitan las transacciones económicas para satisfacer a sus clientes, las instituciones “han de invertir igualmente para hacer accesibles instrumentos que, garantizando la autentificación, el anonimato y su inviolabilidad, permitan a los ciudadanos participar fácilmente de las decisiones políticas”.