El caso del malware que se propaga por Skype

SeguridadVirus

Si bien llamó la atención de muchos, el troyano, lo que era en realidad, ha resultado una vez más una “falsa alarma”.

Días de confusión

El día 18 de diciembre Websense publicaba en su blog lo que podría ser motivo de una noticia de alcance: se había detectado un nuevo gusano que se propagaba a través del popular programa Skype. Si bien llamó la atención de muchos, el troyano (lo que era en realidad) ha resultado una vez más una “falsa alarma” pues sus características son comunes y su propagación extremadamente limitada.

Websense Security Labs dio la voz de alarma, parecía que un nuevo gusano se estaba propagando a través de Skype, infectando a los usuarios del programa de forma exponencial. Al día siguiente rectificó, y calificó al malware de “troyano” que además descargaba nuevos componentes desde una página web con el fin de robar contraseñas.

Finalmente, tras unos días de confusión donde se ha calificado todo el asunto de pura exageración, F-Secure venía a poner un poco de orden aclarando las claves que pueden determinar efectivamente si una amenaza merece ser tenida en cuenta y alertar de forma responsable.

F-Secure afirmaba que no nos encontrábamos, ni mucho menos, ante un caso de infección masiva.

Al contrario de lo que se barajó en un principio, no se trataba de un gusano que aprovechaba una vulnerabilidad en Skype, sino de simples mensajes de chat que pedían al usuario descargar y ejecutar el troyano. Para colmo, se habían confundido en algunos medios dos alertas distintas. Una se conocía desde principios de octubre y otra, de la que hablaba Websense, se trataba de un archivo sp.exe infectado. Aunque en ningún momento se advierte, se presupone que el ejecutable infectaría (aunque de una forma burda y consentida) sólo a usuarios Skype bajo Windows.

Sin responsabilidades

Parece que el error de Websense fue adjudicar la característica de “gusano” al malware detectado. Calificarlo como tal implica cierta automatización en la replicación, habitualmente aprovechando una vulnerabilidad del software sobre el que se propaga. El hecho de que finalmente se trate de un “simple” troyano libera en gran parte la responsabilidad de Skype y apunta directamente contra el hipotético usuario descuidado que acepte un archivo desconocido y lo ejecute.

Recuerda en cierta manera este asunto al malware Oomp-A para Mac, detectado en febrero. Ooomp aprovechaba la lista de contactos de iChat para enviarse a sí mismo e intentar contagiar a otros usuarios. Su único mérito era intentar infectar sistemas tan poco atacados hasta ahora como Mac OS X, aunque igualmente dio bastante que hablar sobre la seguridad del sistema operativo.

La única novedad, por tanto, es que el troyano puede llegar por Skype e infectaría a usuarios de Windows, pero para que esto ocurra, el usuario debe prácticamente consentir la ejecución.

Si bien una noticia sobre un virus puede provocar alarma, que se hable de una muestra de malware no siempre significa que se haga porque haya provocado una crisis. Puede llamar la atención por distintas características: desde el nombre (recordemos el inofensivo kama sutra), el mensaje que lanza, las plataformas que infecta… En este caso, al valerse de un popular programa basado en VoIP para esparcirse, este troyano ha captado la atención de los medios y ahí comienza la confusión. Una característica peculiar no tiene por qué ir unido a una infección masiva. Y es que hoy en día quedan realmente pocas crisis víricas (al menos provocadas por una misma muestra) de las que hablar.

Aunque la alerta ante la amenaza haya sido exagerada, no está de más recordar que ningún software es invulnerable y que una amenaza seria y real de este tipo podría darse en un futuro.

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