El Centro Nacional de Computación comienza a funcionar de forma oficial

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El superordenador “Mare Nostrum”, prodigio de la tecnología según los expertos, estará a disposición de toda la comunidad científica, tanto nacional como internacional.

El Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Computación (BSC-CNS), que acoge el superordenador “Mare Nostrum”, el cuarto más potente del mundo y el primero instalado en un centro público de investigación, ha comenzado a funcionar oficialmente.

Fuentes de BSC-CNS informan de que ayer se reunió por primera vez su consejo rector y nombró al catedrático de Arquitectura de Computadores y profesor de la Universidad Politécnica de Barcelona (UPC) Mateo Valero (Zaragoza, 1952) como director del centro, que desde hace varias semanas ya había puesto en marcha el superordenador en fase de pruebas.

Impulsado y gestionado por un consorcio formado por el Ministerio de Educación y Ciencia (51 por ciento), la Generalitat (37 por ciento) y la UPC (12 por ciento), el BSC-CNS se constituyó el pasado 1 de abril y su actividad se centrará en la supercomputación al servicio de la investigación multidisciplinar con el superordenador “Mare Nostrum”, fabricado por IBM y que cuenta con una capacidad para resolver 40 billones de operaciones por segundo.

El Centro Nacional de Supercomputación nace con un presupuesto ordinario de 5,5 millones para el periodo 2005-2011.

Con una superficie de 120 metros cuadrados y un peso de 45 toneladas, el superordenador “Mare Nostrum” ocupa un espacio 20 veces menor que el del superordenador más rápido del mundo, que actualmente es el Earth Simulator (Japón), a la vez que su consumo es de 630 kilovatios, lo que equivale a 6.300 bombillas de 100 vatios.

Desde el pasado mes de enero, cuando se instaló en su espacio actual, se han efectuado con éxito pruebas sobre el funcionamiento de este superordenador, que funciona bajo el sistema operativo Linux.

Este “prodigio de la tecnología”, como le han definido los expertos, estará a disposición de toda la comunidad científica, tanto nacional como internacional, y su uso se repartirá en función de unos períodos de tiempo determinado, que se decidirán a partir de cada proyecto.