El comercio móvil supone el 30% de las ventas para algunos negocios
Hacer la compra desde el tren o aceptar pagos con tarjeta mediante smartphones y tablets son algunas de las posibilidades que ofrece el mcommerce.
Aumenta la competitividad de autónomos y pymes
La deslocalización de las compras aumenta el potencial del sector. El mercado tiene necesidades ante las que se debe dar respuestas. Los clientes, cada día más exigentes y sofisticados, buscan la excelencia y absoluta seguridad en sus operaciones. La legislación vigente, regulada por la Directiva Europea del Comercio a distancia, pretende acabar con las barreras para comprar en internet y ofrece bastantes garantías al consumidor, ya que obliga a los comercios a aceptar devoluciones. Sin embargo, Fernando de la Borbolla cree que “en España aún hace falta actualizar y redactar reglamentos que desarrollen mejor esta nueva forma de intercambio económico”.
Los riesgos existen tanto para empresarios como para usuarios, pero Márquez piensa que “con planificación y organización son perfectamente asumibles. El mayor peligro, como emprendedor, al que te puedes enfrentar cuando surgen tantas innovaciones es a quedarte fuera de la ecuación por razones como no saber asumir los cambios a tiempo o no estar al tanto de lo que hace la competencia”.
Los clientes tampoco están exentos y su principal amenaza es “la pérdida del acceso a los dispositivos (por ejemplo por robo) a través de los cuales realices compras en comercio electrónico. La seguridad en dos pasos al estilo Google es poco frecuente todavía y la de nuestros datos, en un mundo cada vez más en nube, deja mucho que desear”, revela Márquez.
El progreso y consolidación de la revolución tecnológica móvil es una baza indiscutible para la competitividad de los autónomos y pymes. “Se trata de un salto cualitativo de alto valor añadido, que no sólo facilita la gestión del negocio, sino que posibilita que el pequeño comercio siga siendo atractivo en el actual mercado”, detalla Ignacio García. Por su parte, Fernando de la Borbolla confía en un futuro “demasiado prometedor” para el mcommerce. “La tecnología ofrece avances con los que soñábamos hace años. En el pago electrónico, es necesario que la solución sea adoptada por una gran masa crítica de usuarios y que dicha adopción no suponga un cambio radical respecto a los usos y costumbres pasados”, finaliza.