Los nuevos smartphones insignia de Samsung, el Galaxy S6 y S6 Edge, ha supuesto no sólo una renovación importante a nivel estético, sino también de estrategia, emulando más que nunca la oferta de Apple con unos terminales que limitan las posibilidades del usuario, al no dejarles usar tarjetas microSD, no desmontar la batería y eliminando su resistencia al agua y al polvo.
A todo esto hay que añadirle también un precio desorbitado, que en el S6 Edge de 128GB llega a rozar el absurdo y que justifica totalmente el enorme crecimiento de empresas como Xiaomi si cada vez más los grandes fabricantes apuestan por precios enormes en sus terminales estrella.
Pero a pesar de todo lo “malo”, parece que los nuevos Galaxy S6 y S6 Edge podrían ser los smartphones con mayor éxito de Samsung. Esto es lo que parece asegurar un informe que asegura que Samsung ya ha recibido 20 millones de reservas, 15 correspondientes al S6 y 5 del S6 Edge.
No está claro cuál está siendo el modelo en cada caso con mayor acogida, si el más “básico” con 32GB o el más caro de 128GB, pero si pagar prácticamente 1.000 dólares por un smartphones se está convirtiendo en la norma, junto con el hecho de renovarlo prácticamente cada año o dos años, puede que se esté empezando ya a perder el rumbo y que dispositivos como Project Ara sean necesarios para empezar a recapacitar sobre este consumo desbordante.
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